Bernardo Torres Morales
La mañana del domingo fue hallado sin vida el joven estudiante de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), quien a la vez era hijo de un policía de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de la comunidad de Ayahualtempa, Municipio de José Joaquín de Herrera.
El joven Justino Tapia Rosendo, de 19 años de edad, acudió a la cabecera municipal, Hueycantenango el sábado pasado para trabajar como cada fin de semana en un mototaxi, trabajo que alternaba con sus estudios de Ingeniería Civil, en Chilpancingo.
Alrededor de las 14:00 horas mientras prestaba este servicio, fue privado de la libertad por hombres armados, relató un miembro de la Policía Comunitaria, y desde ese momento perdieron contacto con él.
Durante las primeras horas del domingo fueron notificados del hallazgo del cuerpo sin vida de una persona cerca del poblado de San Marcos, a escasos minutos de Ayahualtempa, el cual se trataba de Justino.
Personal del Servicio Médico Forense (SEMEFO) trasladaron el cuerpo a la Ciudad de Chilpancingo, donde debería ser reconocido por sus familiares, tras las diligencias correspondientes.
En los últimos dos años, el grupo delictivo «Los Ardillos», de acuerdo con la CRAC, ha sido responsable de la muerte de al menos siete personas de esta localidad, y tres personas se encuentran desaparecidas.
El último caso fue el 11 de diciembre, cuando el joven José Juan Reyes fue levantado en la cabecera municipal, y que originó varias búsquedas por parte del Gobierno Estatal y Federal, sin lograr dar con su paradero.
Desde hace dos años, la Policía Comunitaria de Ayahualtempa ha pedido al Estado la instalación de dos filtros de seguridad a cargo del Ejército, o de la Guardia Nacional, sin embargo no ha habido respuesta, mientras siguen los ataques, desapariciones y asesinatos.
