Rafael G. Vargas Pasaye
La duda es normal e incluso natural: ¿Nayarit es más Navarrista que Morenista?, queda claro que es altamente lopezobradorista, ya las mediciones pasadas nos lo demostraban, incluso superando a Tabasco, el estado natal del mandatario federal en su calificación de aprobación.
Tema que sale a relucir pues hace apenas unas horas se dieron cita los morenistas nayaritas que eligieron a los consejeros y consejeras que participarán en la integración del Consejo Estatal que a su vez nombrará al Comité Ejecutivo Estatal.
La dirigencia actual recae en la Delegada en funciones de dirigente estatal Zaira Iturbe, quien viene de relevar a Daniel Carrillo (quien ahora también participó en el proceso) un personaje interesante que parecía oponerse a la candidatura en el proceso 2021 del hoy gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero.
Lo que también vimos este fin de semana es cómo muchos medios de comunicación le dieron especial atención a las notas en donde se podía ver un desaseado proceso, o la violencia que llegaba a los gritos y golpes en diversas entidades en este proceso morenista, todo lo cual fue incluso señalado previamente en redes sociales por algunos integrantes del mismo movimiento, generando morbo para las notas negativas o dudosas (por ejemplo el tan visto video de dos personas rellenando una urna con boletas que recogían del piso).
Esto no es nuevo en el sistema de partidos políticos en México, lo cierto es que es muy abierto pero funciona igual, esto es con apoyo popular tipo asamblea, para que tengan cabida los liderazgos reales y queden, hasta cierto punto, relegados los que solo cuentan a su favor con likes en redes sociales.
Sin embargo también es demasiado ilusorio pensar que estos seleccionados y electos consejeros y consejeras, hayan asegurado candidaturas próximas, pues la dinámica al interior del partido nos recuerda mecanismos como la encuesta dirigida desde Palacio Nacional, la tómbola (que en Nayarit ha dado diputaciones federales a personas que han pasado de noche, no sólo allí sino ahora también en cargos estatales), y claro, las cuotas de género, edad, partido cuando hay alianzas, acciones afirmativas y lo que se junte de aquí a la siguiente elección.
No podemos dejar de mencionar que en Nayarit al menos en Morena se ve movimiento, acción, sacudida al interior, ante lo que parece una pausa larga reflexiva en la acera de enfrente de parte del PRI, PAN y PRD, así como una bitácora de agenda más social y fiesta que de trabajo de la nueva dirigencia de MC.
Por su parte los nuevos partidos políticos en la entidad parece que sólo les basta con tener el registro (ya vienen dos nuevas opciones que buscan ser partidos locales), no provocan nuevas emociones ni en lo discursivo ni en ninguna otra órbita, por eso se vuelven testimoniales más que opciones reales.
Nayarit tiene en el 2024 una interesante cita con el destino electoral, pues pasará por las figuras nacionales que estén en la boleta para la presidencia de la república (por primera vez en cuatro elecciones de esa naturaleza no estará Andrés Manuel López Obrador), y el referéndum que se haga del gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero para esa fecha, lo cual puede jugar a favor o en contra de todas las candidaturas de Morena. Parece que falta mucho, pero con tanto acelerado y acelerada, las prisas hacen que el tiempo se vaya más rápido.
@rvargaspasaye www.consentidocomun.mx