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Homicidios en los últimos sexenios

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Rubén Aguilar Valenzuela

El sexenio del presidente Vicente Fox Quesada ha sido el menos violento en la historia moderna del país como lo registran todas las estadísticas oficiales.

A lo largo de su sexenio siguió la tendencia a la baja en el número de los asesinatos dolosos que su disminución inicia a partir de la mitad de la década de 1960.

En 2000, Fox recibió el país con una tasa de homicidios dolosos de 11 por 100 000 habitantes y en 2006, el último año de su mandato, era de ocho por 100 000 habitantes, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).

La estrategia de guerra contra el crimen organizado, que decreta el presidente Felipe Calderón Hinojosa, a solo diez días de asumir el cargo, rompe la tendencia a la baja en el número de los homicidios dolosos.

Al terminar su quinto año de gobierno (2006-2011) se habían dado 95 646 asesinatos dolosos que supone un promedio diario de 52 en todo el país, de acuerdo con el SNSP.

En el caso del presidente Enrique Peña Nieto al finalizar el quinto año de gobierno (2012-2017), el número de los homicidios dolosos había aumentado a 120 437 con un promedio diario de 66 en todo el país.

A nivel del discurso se dijo que cambiaría la estrategia de guerra del gobierno anterior y que la nueva se centraría en la inteligencia, pero en los hechos continúo la que se venía operando.

Acaba de terminar el quinto año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2023) y el número de los homicidios dolosos llega a los 169 526 y el promedio diario asciende a 93 en todo el país con datos del SNSP.

El número de los homicidios dolosos es 77% más que en los cinco primeros años del gobierno de Calderón Hinojosa y 41% más que en el mismo período del gobierno de Peña Nieto.

En el actual gobierno se ha dado el mayor número de homicidios dolosos de la historia moderna del país. La estrategia de los gobiernos anteriores cambió de manera notable.

La estrategia para enfrentar al crimen organizado se sintetiza en dos frases del presidente: “Abrazos y no balazos” y “no usar la fuerza porque esta genera más violencia”.

Por la vía de los hechos ha sido claudicar frente al crimen organizado y este se ha aprovechado de la inacción del gobierno, para aumentar su capacidad en todos los frentes.

Esta provoca una mayor violencia en la disputa territorial de los distintos grupos, que quieren aprovechar en su beneficio las ventajas que da el gobierno al no actuar.

La actual estrategia del gobierno exacerba necesariamente la disputa entre los grupos del crimen organizado, eleva los niveles de violencia e incrementa el número de los homicidios dolosos.

Están ahí para dar cuenta del resultado de esta estrategia las estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), las más sólidas que tiene el Estado mexicano en esta materia.

@RubenAguilar

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