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UN APLAUSO PARA LA NORMAL DE ACAPONETA

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Pepe Morales Sánchez Hidalgo

Todo el mundo en Acaponeta lo está comentando, es la «comidilla» de la temporada…el triste caso de la Escuela Normal Experimental de Acaponeta (ENEA) y de su director Prof. Daniel Jiménez Beltrán…y por eso me animo a dar mi punto de vista.

Primero debo decir que el profe Daniel es mi amigo. Tuve oportunidad desde hace años de entrar en contacto con él, gracias a la Junta Vecinal, ya que el INAH me enviaba películas educativas y culturales, de aquellos casettes VHS y yo se los prestaba a Daniel para que se los pasara a sus alumnos. En alguna ocasión me invitó a dar una plática-conferencia a los estudiantes sobre la guerra cristera y siempre tuve muy buena relación con él. Sin duda platicamos mucho ahí en su oficina de la ENEA, sobre todo de la buena música que gusta al maestro.

No me gusta opinar sobre lo que no sé, o no estoy debidamente informado, pero por esa amistad y por el aprecio que le tengo al profe Daniel me atrevo a decir, que hay ciclos que se abren y que irremediablemente se cierran, y luego de 45 años como director, creo que este período se alargó mucho. Dijera el filósofo de Juárez: «pero que necesidad» de pasar por todo lo que se vio en los últimos días.

Sin duda alguna Daniel Jiménez Beltrán, ha sido un hombre polémico. Si durante su largo paso por la Normal, hizo bien o en ratos se equivocó como cualquiera, eso no nos toca juzgarlo. De hecho, luego de cuatro décadas y un lustro, la escuela está de pie y bien firme. Pero considero que Daniel debió salir como los grandes, por la puerta grande y el rostro viendo al cielo, entre aplausos y honores y no sufrir estas pullas y sombrerazos.

Sé –eso sí lo sé, contrario a lo que dicen sus seguidores– que desde hace un tiempo le notificaron su próxima salida, tuvo tiempo el profe Daniel a preparar su salida y adiós. No lo hizo así y a mi juicio erró en su decisión, provocando la polémica que se armó.

No me queda duda que todo es político. Daniel siempre lo fue y en su momento estuvo en el lado de los ganadores (Liberato y familia), ahora, son otros tiempos y diferentes los que parten el queso que no son del grupo del que era el profe, y dijera mi bisabuela Maripepa: «Si no sabes perder, nunca sabrás ganar, y si no sabes no juegues»…y Daniel jugó, y jugo bien…ahora hay que terminar el juego y a otra cosa mariposa.

También creo, que esos 45 años al frente de la ENEA (tantos que la gran mayoría de los que ahí gritaban cuando tomaron el plantel, ni siquiera habían nacido o, dijera Alí Chumacero, «no estaban ni en la ciencia de Dios»), merecían más respeto por parte de los SEPEN y mayor tacto. De hecho, y me extraña, que el Secretario de Gobierno del Estado, haya entablado «un diálogo» a gritos con una reja de por medio con los que protestaban. Esas cosas se tratan con toda calma, sentados en una mesa, entre dos comisiones, una por cada lado. No a gritos, sombrerazos y mentadas de menta.

Lo que más me molestó es la ignorancia de muchos que gritaban y preguntaban que quién era Nicolás, refiriéndose al profesor Nicolás Contreras Sánchez, a quien el propio gobernador nombró el nuevo directivo de la Escuela Normal. Él, Nico, es uno de los profesores más reconocidos no solamente de Nayarit, sino de toda la república mexicana y no fue por bonito, sino por sus conocimientos, por el trabajo demostrado, su entrega y vocación, su preparación académica y profesional, la nutrida experiencia al visitar decenas de escuelas y conocer su problemática. Recuerdo que en un homenaje que la Lotería Nacional hizo a los mejores profesores del país, uno de esos boletos estuvo dedicado a Nicolás y eso, no cualquiera. Amén de su estaura enorme como artista plástico y promotor cultural. Esas personas que señalaban injustamente a Nicolás, deben primero informarse y luego atreverse a injuriar sin razón.

Ojalá que esto se solucione pronto para bien de todos, principalmente para una escuela que ya fincado una honorable historia y que finalmente no tiene dueño, es la casa del pueblo que se quiere educar y salir adelante en este mundo tan competido y tan complicado que nos ha tocado vivir.

Aplaudamos lo realizado por el profe Daniel; aplaudamos la llegada de un excelente docente como es Nicolás; aplaudamos la larga y progresista historia de la Escuela Normal Experimental de Acaponeta; aplaudamos a su razón de ser, hoy jóvenes estudiantes y pronto los futuros maestros de nuestros hijos y nietos, así como aplaudir a los miles que de este plantel han egresado y forman parte del magisterio nacional, regados a lo largo y ancho y del país.

¡Yo, les aplaudo a todos!

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