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El cruce de la selva del Darién

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Rubén Aguilar Valenzuela

De enero a septiembre de 2023, 400 000 migrantes cruzaron la selva del Darién que se encuentra entre Colombia y Panamá, en su propósito de llegar a Estados Unidos.

El tapón del Darién, donde nunca se ha podido construir la carretera Panamericana, mide 266 kilómetros de largo en una  región de selva pantanosa de 575 000 hectáreas.

Ahora, la gran mayoría de los migrantes que cruzan el Darién son de Venezuela, Ecuador y Haití. El 50% adultos y el otro 50% niños y bebés, según las autoridades panameñas.

En 2022, fueron 248 283 migrantes los que atravesaron esa zona que estableció un récord, ahora superado con creces en los primeros nueve meses de lo que va del presente año.

Una investigación de The New York Times revela que un “paquete” para cruzar, que incluye guía, carpa para dormir, botas, comida y artículos de primera necesidad cuesta 500.00 dólares.

Y se pueden pagar los servicios por separado, un guía cobra 170.00 dólares, un cargador 100.00, y un plato de arroz con pollo vale 10.00 dólares.  

En abril pasado, el gobierno de Estados Unidos, Colombia y Panamá han firmado un acuerdo,  para impedir el cruce de migrantes por esa región que no ha servido de nada.

Los periodistas de The New York Times han podido comprobar en el terreno, que ningún de los gobiernos está haciendo algo, más allá de los discursos, para detener el cruce de los migrantes.

Quienes se aprovechan de la situación son las comunidades colombianas a la entrada del Darién. Un integrante de la junta comunal de Arcandi, dice a los periodistas que el cruce de migrantes es lo mejor que le pudo pasar al pueblo.

Ahora sus habitantes ofrecen a los migrantes comida, hospedaje, guías, cargadores, lanchas y todo lo que se necesita, para el cruce del Darién, que se puede hacer entre cuatro y diez días.  

El crimen organizado, en particular el grupo colombiano Clan del Golfo, domina la zona y se encarga de hacer negocio con el cruce de las decenas de miles de migrantes.

Estos, antes de iniciar su camino por la selva, al grupo le deben liquidar un “impuesto” de 80.00 dólares por persona. A cambio reciben un recibo como prueba de que ya pagó.

El cruce del tapón del Darién se ha “profesionalizado” y es un negocio en manos de las comunidades fronterizas y el crimen organizado. La realidad es que los gobiernos y sus instituciones no existen.

Es un hecho, así lo registran las estadísticas, que el trabajo de profesionales del cruce, conocedores de los peligros de la selva, ha reducido el número de las muertes.

En el horizonte no hay nada que señale se habrá de reducir el número de los migrantes dispuestos a cruzar el tapón del Darién, para llegar, vía México, a Estados Unidos, para encontrarse con un nuevo tapón.

@RubenAguilar

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