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Caza huracanes estadounidense relata su experiencia en Santa Cruz de las Haciendas, como una de sus tormentas “más aterradoras”

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Mariela Arambul

El estadounidende, Josh Morgerman, conocido cazador de tormentas llegó a Santa Cruz de las Haciendas, Nayarit para seguir al fenómeno hidrometeorológico “Roslyn”, siendo este el 65 ojo del huracán que presencia y aún con su experiencia consideró a este su “tormenta más aterradora desde Dorian”.

Según relata en sus redes sociales se adentraron al ojo del huracán en Santa Cruz dónde los sorprendió mientras se encontraban en el patio cubierto de un puesto de tamales, “Como resultó, elegimos el lugar perfecto. Y llegamos justo a tiempo. Parecía que los vientos levantaron en el momento en que entramos en los límites de la ciudad alrededor de las 4:30 a. m. La intensidad construida a una velocidad alarmante, y para las 5 am era un huracán aullando completo. Y luego se puso violento”, relata.

“Creó que en lo profundo de mi corazón, por cualquier razón, simplemente no esperaba mucho de esta tormenta—y así que fuimos algo informales sobre elegir un lugar de persecución, optando por montarlo parado en el patio cubierto de un restaurante de tamales. Eso resultó ser estúpido pensar. Mientras los vientos se elevaban a un grito, todo el techo del patio comenzó a soplar, con escombros volando en todas direcciones. Erik y yo nos encontramos apretados bajo un mostrador de concreto en una esquina del patio para evitar que nos maten. Fue una mierda aterradora—mi tormenta más aterradora desde DORIAN”, compartió el ya conocido caza huracanes.

Josh estima que fue a las 5:30 am, cuando llegó el ojo del huracán y pudo medir una presión mínima de 962.4 mb a las 5:30 a. m. Después de unos segundos de calma relata que los vientos volvieron “rugiendo, incluso más fuerte que antes, parecía. Tenía el sonido de un tren del metro pasando—solo esta sensación de energía terrible y desatada—y el edificio contra el que estábamos presionados parecía estar agitado. La presión subió unos espectacular 30 mb en 30 minutos, y la tormenta básicamente terminó a las 6:15 am”, explicando que todo el fenómeno duro alrededor de 90 minutos dejando a su paso techos arrancados, paredes de concreto y postes destrozados, postes eléctricos y árboles abajo, y ventanas rotas.

Concluye su experiencia describiendo el poblado como una “zona de guerra, con todos los residentes impactados por la violencia de la misma”. Además que su compañero Erik que es muy religioso, jura que la estatua de la Virgen María fue quien los protegió, señalando que se mantuvo fuerte y no se derrumbó en toda la violencia.

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