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Reelección 2024: no interrumpir el cambio

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Luis Rubén Maldonado Alvídrez

Continúo en el “Manual para buscar la reelección”. En esta segunda parte del manual comienza con un concepto mencionado en la primera parte: no interrupción de un buen ciclo de gobierno. 

La guerra de encuestas. 

Esta singular guerra en el estado de Chihuahua no ha tenido tregua. Viene sin parar desde la campaña de 2021 (con mayor o menor intensidad en otras entidades) especialmente entre los alcaldes de las ciudades más importantes del estado grande: Ciudad Juárez y Chihuahua capital.

Al parecer, ambos alcaldes (Marco Bonilla y Cruz Pérez Cuéllar) comparten la difusión de encuestas sobre la percepción de su gestión con afanes de posicionamiento. Esto lleva a columnistas, editorialistas y reporteros a darle varias lecturas a esta difusión de los resultados de agencias de investigación que son ya conocidas y otras tantas improvisadas, de esas que aparecen en cada coyuntura electoral. 

Una de esas lecturas es interpretarlas como “guerra de encuestas”; mientras en Juárez se difunden las que ponen en alto la gestión de Pérez Cuéllar, en Chihuahua capital vemos por todos lados las que presumen la percepción del gobierno de Marco Bonilla. Y corren la tinta y los pixeles para comparar a ambos alcaldes con miras a la elección del 2024, pues de su reelección depende que sigan en el carril político para el futuro. Y eso genera mucha expectativa entre los integrantes de cada bando, así como críticas y aplausos. Lo cierto es que ambos buscan posicionarse con esos números y, aunque con estrategias distintas, comparten el querer construir un ánimo social en el cual se perciba que hay tan buen trabajo por parte de ambos que su ciclo al frente de sus respectivas alcaldías no debe ser interrumpido. 

Entonces, si en la televisión informan sobre las encuestas difundidas por ambos alcaldes, y se hace mención sobre la buena calificación del servicio de recolección de basura y el mismo funciona de manera óptima en las colonias, entonces hay congruencia y la ciudadanía confía en el resultado del ejercicio de investigación cuantitativa. Es decir, si los resultados difundidos están en sintonía con la realidad, tendrán validez y credibilidad de la sociedad; entonces se buscará sembrar en las mentes la necesidad de continuidad. En pocas palabras: que no haya necesidad de cambio porque las cosas en la ciudad funcionan bien. 

Pongo el ejemplo de Marco Bonilla y Cruz Pérez Cuéllar, pero aplica para todos los alcaldes y alcaldesas que busquen la releeción en el proceso electoral del 2024. 

Perder la identidad. 

Es muy común en las campañas políticas que se acerquen a las y los candidatos quienes venden “espejitos” o “recetas mágicas” para ganar la elección. Lo cierto es que suelen, no sólo ser escuchados, sino que hasta les llegan a creer sus propuestas más inverosímiles, en un afán por sumar a toda persona y resulta en un gran fiasco, que desperdició recursos humanos y materiales. 

Por lo general estos vendedores de “espejitos”, lo primero que buscan es imponerse al resto del equipo de campaña y ser vistos como “gurús” místicos, mágicos y todopoderosos. Entre sus poderes está el saber de todo y hacer de todo, por ende, lo primero que hacen es desprestigiar el trabajo previo hecho por el equipo del candidato para imponer su estrategia “novedosa”, la cual, por lo general, les funcionó de maravilla en España, América del Sur, Centroamérica, países caribeños, etc. 

Casi siempre, dicha estrategia, busca copiar y pegar, sin detenerse la información que tienen las y los candidatos. Y así, buscan un cambio radical desde el discurso, imagen física, rol de la familia, lema, diseño gráfico, etc. Y, con el gran beneficio de la duda, se estrena a una candidata o candidato totalmente diferente. 

Totalmente diferente, ¿siempre es bueno?

Depende de la información que tenga cada candidato o candidata y el pulso que arroje, pero si el cambio lo aleja totalmente de su esencia, entonces estamos en problemas. Si bien, una alcaldesa o alcalde busca que su gestión sea reconocida por los resultados, no puede dejar de lado los atributos personales que lo diferenciaron de las y los candidatos que derrotó para ocupar la alcaldía. 

Entonces, si se aleja de los atributos que le dieron el triunfo para una primera gestión, como la frescura, cercanía, sensibilidad social, valentía, liderazgo, entre otros tantos; se está buscando transformar a la persona en alguien que no es y eso no arroja buenos resultados. 

Y se puede pensar que es muy descabellado que eso pase, pero aquí un caso para ilustrar el punto: la campaña en 2008 entre Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero por la presidencia del gobierno español. 

Esa campaña continúa siendo producto de estudio, pues arrojó grandes cambios en la comunicación política; Zapatero (del Partido Socialista Obrero Español) era un fenómeno y un personaje que irrumpió en la política española como el abanderado del cambio tras los 8 años de gobierno de José María Aznar (del Partido Popular) quien heredaba la estafeta a Mariano Rajoy (elecciones generales del 2004). 

Zapatero construyó su imagen explotando sus atributos: juventud, energía, proximidad, positividad, sensibilidad social, oficio político, capacidad para pedir perdón por los errores, etc., así lo percibían los españoles rumbo a las elecciones de 2008, en la que su contrincante volvería a ser Mariano Rajoy, un político cuyos atributos más reconocidos eran totalmente contrarios a los de Zapatero: “antiguo, representante del pasado, gris, poco empático”. (Mármol, 2001)

La campaña de Zapatero decide personalizar totalmente su campaña, dados los atributos tan positivos de su candidato, el equipo de Mariano Rajoy decide centrar su campaña en combatir sus debilidades, es decir, tratar de que se parezca lo más posible a Zapatero; el resultado fue una derrota inminente, por tratar de convertirlo en quien no era, lo alejaron totalmente su esencia. 

Si conoce a alguien que busca la reelección o usted mismo la busca, tenga en cuenta los puntos aquí tratados. 

Este manual continuará. 

ESPRESSO COMPOL

Sin duda, quienes buscan la reelección necesitan despertar emociones y presentar resultados a la ciudadanía que les dio la confianza con su voto. Si sus esfuerzos comunicacionales, aún no despiertan emociones pero si presentan resultados, urge un cambio en la ecuación. 

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