#ConSentidoComundeMujer
María Esther González Aguilar
En definitiva y dado el contexto actual, hablar de mujeres, de movimientos feministas, de igualdad y paridad de género, haciendo a un lado la marcada polarización, ya no se vale hablar de colores; de ideología o filosofía; de izquierdas o derechas; tampoco de conservadores o liberales; de sectores sociales; se trata, simple y llanamente de derechos y libertades tanto individuales como colectivas; de acortar hasta cerrar, brechas económicas, políticas, sociales; de frenar la violencia y crímenes de odio por razón de género.
Hablar de mujeres, también es exigir respeto y tolerancia; a tener la libertad de caminar con seguridad en la vía pública, a no ser blanco de acoso laboral o sexual o de violencia; a tener las mismas oportunidades para su pleno desarrollo en todos los ámbitos y la garantía que el estado implemente políticas públicas integrales para su protección y atención a sus demandas y necesidades. Por fortuna, no todas las mujeres transitan por entornos adversos, pero si es relevante la construcción de nueva estructura para mejorar las relaciones sociales, políticas y económicas con una visión de igualdad, equidad y justicia.
La polarización institucionalizada no abona a crear entornos que faciliten lo anterior, sin embargo la presión social puede ser factor determinante para un cambio hacia la reivindicación multidimensional de las mujeres con una visión de estado, real y de carácter transformador. Lo anterior se escribe fácil, pero es de alta complejidad dado los ancestrales y complejos procesos socioculturales que por milenios, han marcado la diferencia entre hombres y mujeres; entre fuertes y débiles; entre poderosos y desvalidos, etc.
De acuerdo a estadísticas, las cifras de atentados contra mujeres es alarmante, la aplastante realidad es que son muchos los casos de feminicidios, luego entonces, es lamentable que la presión social tenga su origen en desquiciados, aberrantes y condenables hechos de violencia en contra de mujeres y peor aún, sobre inocentes menores de edad; sin embargo, estos casos pueden resultar –aun cuando duelen- paradigmáticos y convertirse en parteaguas para millones de mexicanas que esperamos que los actores políticos y los gobernantes, empezando por el presidente Andrés Manuel López Obrador, muestren sensibilidad, empatía y voluntad política para que, a la mayor brevedad posible, se generen iniciativas y políticas publicas dirigida hacia los muchos problemas de las mujeres en particular contra la violencia.
Ahora bien, la convocatoria al “Paro Nacional” bajo el hashtag #UnDiaSinNosotras; no es obligatoria, tampoco excluyente, ni un día de asueto o para asistir a un festival, ni para conmemorar, es, en esencia, un movimiento en demanda de generar conciencia sobre el problema social en cuyo centro están las mujeres de toda las edades y condiciones. Mujeres que siguen siendo víctimas y que ven con esperanza que todo cambie. Resulta necesario acotar que no solo es deber y obligación del estado, transversalmente también la familia, la escuela, la comunidad, es decir, es tarea de todos! Recordar que las mujeres en México representan el 51.1% de la población, que de acuerdo al INEGI son casi 125 millones. ¡Es cuanto!
