Redacción Sentido Común
El escritor checo Milan Kundera falleció este martes en Francia. Tenía 94 años y su salud se había deteriorado en los últimos tiempos y había perdido la memoria.
Le sobrevive su esposa, Vera. No tenían hijos, pero sí un nutrido grupo de amigos y admiradores en París, donde vivía desde principios de los años ochenta, en varios apartamentos del distrito VI, cerca del hotel Lutetia, la calle Cherche-Midi y el Jardín de Luxemburgo.
El prosista, dramaturgo y poeta desde los años 1980 escribía en idioma francés, alcanzó fama mundial en la segunda mitad del siglo XX con obras como “La insoportable levedad del ser”, “La broma” y “El festín de la insignificancia”. Su primer éxito de Kundera fue “El libro del amor ridículo” en 1969.
Nació el 1 de abril de 1929 en Brno, al sureste de la República Checa en una familia de poso intelectual, su padre Ludvík era un célebre pianista, y la música ha tenido una gran influencia en su prosa.
Milan Kundera se convirtió en los últimos 30 años en un autor casi invisible, un asceta silencioso recluido en su céntrico piso de París, alguien que rehúye a los periodistas y las declaraciones públicas.
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