Jorge Enrique González Castillo
Esta librería, con más nostalgias, leyendas y exageraciones que libros y ventas, continúa funcionando. En caso de vender el inmueble, se cambiará de domicilio. Ni es la más antigua de México y América Latina ni trabajó ahí Amado Nervo, aclara el historiador Rodolfo Medina Gutiérrez. La familia Retes tuvo una imprenta en Tepic, donde se imprimieron algunos libros y folletos en el siglo XIX.
En la que ha tomado fama como la librería más antigua de México hay más nostalgias, leyendas y exageraciones que libros. Sobre la avenida principal de Tepic, en el estado costero de Nayarit, un inmueble marcado con el número 291 alberga la Librería Retes.
El martes, las redes sociales, tan dadas a las falsas noticias, propagaron información mitad verdad, mitad mentira: La Librería Retes cerraría sus puertas, porque el pequeño, céntrico y ruinoso edificio estaba en venta. La puesta en venta es cierta; el cierre, falso.
“La LIBRERÍA RETES de la ciudad de Tepic, es la librería más antigua de México, la más antigua de América Latina y la sexta a nivel mundial”, se lee en la página no oficial en Facebook con el nombre del establecimiento. También afirma que ahí trabajó Amado Nervo. Nada de eso es cierto, pero los tepiqueños estamos dispuestos a creerlo, y los medios de comunicación gustosos de repetir sin verificar.
En Nayarit hay un afán de construir una narrativa de ser los primeros en todo. Durante la segunda mitad del siglo XX hubo un movimiento entre los cronistas locales por hacer de Tepic el primero en muchas cosas, como por ejemplo “el Hotel Bola de Oro, el primer hotel de México”, “la Escuela Náutica de Tepic, la primera de México”, “la de Bellavista, la primera huelga obrera de México” y en años recientes lo de la librería más antigua de México, aclara Rodolfo Medina Gutiérrez (Compostela, Nayarit, 31 años), con estudios de maestría en el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.
“En todos los casos, son declaraciones bajo criterios poco claros, sustentados sobre todo en versiones locales y familiares. El chovinismo (esa preferencia excesiva por lo local frente a lo externo) caracterizó el discurso histórico nayarita en el siglo XX”, advierte.
Medina Gutiérrez no resta importancia a la Librería Retes: “Para no desviarme del tema te puedo decir que hasta donde yo sé, los Retes tenían una imprenta en el siglo XIX, cosa distinta a una librería. Si mal no recuerdo, entre otras obras impresas en ese negocio destaca el libro de Julio Perez González Ensayo Histórico del Territorio de Tepic, del año 1894, o los bilimbiques que imprimió Rafael Buelna en 1914”.
El historiador no conoce fuentes que documenten la existencia en el primer cuarto de ese siglo de una librería tal como la conocemos ahora. Ni las investigaciones de Eugenio Noriega ni posteriores historiadores la registran. En la imprenta también había una librería pero por el año 1894. Editó periódicos, como El Tepiqueño.
Los descendientes de los propietarios la Imprenta Retes propagaron la leyenda de que Amado Nervo trabajó en su librería, cuando en realidad se empleó en un negocio de ropa que tenían en la ciudad, afirma el joven historiador, citando las propias palabras del poeta.
La historia de la familia Retes también tiene algunas inconsistencias. No son vascos asentados en Mazatlán, como se ha afirmado, “en realidad son panameños asentados en San Blas, que después sí estuvieron en Mazatlán y Tepic. En fin, no dudo que el lugar haya sido un icono de Tepic en los años 60, 70 y 80. Pero creo que alguien compró esa historia y se emocionaron dando declaraciones poco claras, que sin duda tuvieron un éxito mediático”, apunta.
Abierta en los horarios habituales, este caluroso miércoles, la Librería Retes, muestra dos letreros, uno que ofrece servicio de lectura de cartas y otro que reza: “En cada hogar nayarita hay cuando menos un libro adquirido en este establecimiento”. Otro, con la oferta de lectura de cartas.
Hay dos cosas que destacar de esta librería. Es heroica, pues mantiene abiertas sus puertas en un mundo que cada vez compra menos libros en papel, y los que comercia lo hace en línea o lo roba en pdf y lo lee en medios digitales. Y es un caso de éxito en marketing: ha hecho creer que es las más antigua de la ciudad, el país e Hispanoamérica, y la propagan los medios locales y hasta la revista México Desconocido.
Larga vida para las librerías y los libreros. Por invencibles, por imaginativos.