.:ULTIMALETRA ES IMAGEN:.
Luis Rubén Maldonado Alvídrez
Los mexicanos confundimos la gimnasia con la magnesia. Y cuando de fútbol se trata prácticamente todo el país pierde la cordura. La semana pasada el representativo nacional debutó en la copa del mundo que se celebra en Rusia 2018 ante el equipo alemán, el cual, según los números, sigue siendo verdugo del equipo mexicano en estas competencias.
Pero, el domingo pasado por un triunfo por la mínima diferencia ante una versión del equipo germano que dista de ser la de hace cuatro años, para muchos los problemas del país estaban resueltos y era tiempo de dar rienda suelta a todos los excesos por el triunfo de un solo juego ante el campeón defensor, que llegó en crisis. Magnificaron y sacaron de contexto los tres puntos obtenidos, que fríamente son sólo eso: tres puntos.
Una golondrina no hace verano, queridos futboleros. La patria no comienza ni termina en un balón de fútbol, como desgraciadamente, muchos piensan. Sólo fue cuestión de opinar distinto a lo que la gran masa futbolera piensa, para que comenzarán a mostrar su verdadero rostro: el de la intolerancia absoluta.
Aquí comparto algunas reacciones de risa loca.
Un mexicano desde Canadá, envió un clásico: “para que valla y chin*&@ a su madre qué se calle el hocico…” (SIC).
Desde Estados Unidos, otro chihuahuense, me escribió: “el problema es que eres anti patriota, anti mexicano…”, banalizando total y absolutamente la mexicanidad.
Y no podía faltar el de manufactura local: “Solo la única vez en la historia que le ganamos a Alemania y tu haciéndola de pe&%…”
Desde Rusia, un chihuahuense hace castillos en el aire: “van a ser campeones del mundo. Ellos se la rifan bien cab#$& y tu sólo críticas lo único bueno hacemos…”
Entre otras tantas ofensas que recibí en Facebook y WhatsApp, una última exigiéndome celebrar y sugiriendo que el fútbol debería de gustarle a todos de manera obligatoria e incluso, hubo quienes sugirieron que el pago a los burócratas se viera condicionado a su afición al fútbol.
De risa loca.
Es una tristeza que muchos mexicanos piensen que lo único bueno que hacemos como país, es el fútbol. ¡Ah! Pero sólo cuando ganan, de lo contrario, todo se convierte en una perspectiva negativa del mundo, de la vida y hasta del amor.
El fútbol refleja la doble moral del mexicano, la hipocresía. Hace unos días, era la moda agredir, insultar y denostar a Juan Carlos Osorio, entrenador nacional. El domingo, los millones de detractores de la fanaticada y los medios de comunicación, sin menor empacho, lo alabaron. Hipocresía absoluta.
Leí cosas tan absurdas en Facebook, de quienes atacaban a Osorio a diario, como: “siempre estuve contigo, Osorio. Eres nuestro salvador.” Unos días antes el mismo usuario pedía que Osorio fuera removido como el técnico español y otras malas vibras.
No se confundan. México es mucho más que fútbol. México tiene triunfos en muchas otras disciplinas que no tienen el mismo presupuesto que el fútbol; México tiene victorias en ciencia, tecnología y cultura, que millones de mexicanos simplemente ignoran, porque para ellos, el país es un simple balón.
A nivel institucional, tenemos logros que nunca queremos ver, realizados por todos los colores del espectro político, que simplemente rechazamos aceptar, porque no tienen la forma de un balón.
La sociedad civil mexicana nos ha dado grandes logros, pero no tienen la misma atención, porque no están relacionados con el fútbol.
Y, en las familias mexicanas, hay millones de logros personales todos los días, que no están relacionados con el mundial o el fútbol.
Si. México le ganó a Alemania y son sólo tres puntos. Habrá algo que celebrar cuando el equipo mexicano haga algo más trascendente que lo hecho en otros mundiales. Y tampoco se confunda, los jugadores no nos representan. Ellos representan al fútbol mexicano, quienes nos representan, están en los ayuntamientos, poder legislativo y gobiernos estatales y federal; a ellos hay que exigirles con la intensidad con la que usted le exige a los jugadores de la selección nacional.
No pierda la razón por el fútbol. Somos mucho más que eso.
ULTIMALETRA
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