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BURROS EN EL CONGRESO

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#ConSentidoComundeMujer
María Esther González Aguilar

Finales de enero de 2003. Dentro de las instalaciones de la sede del Poder Legislativo del Estado de Nayarit, las actividades cotidianas transcurrían con normalidad; era media mañana, de manera inesperada, irrumpieron en el céntrico edificio del Congreso del Estado, más de una docena de burros en cuyo cuerpos –en ambos lados- pintaron círculos con tres colores (verde, blanco y rojo) como evidente mensaje a integrantes de fracción mayoritaria de la XXVII Legislatura, cuyo presidente era Manuel Humberto Cota Jiménez, actual Senador de la República.El espectáculo sorprendió a muchos, enmudeció a otros, enojó a otros tantos y provocó reacciones encontradas; unos –en su mayoría seguidores del gobernador en turno Antonio Echevarría Domínguez- apoyaron y hasta aplaudieron la acción; otros –generalmente de filiación priista- descalificaron el hecho bajo argumentos de que no solo se insultaba a los legisladores sino que se había vulnerado el recinto de uno de los Poderes del Estado; desde entonces se reforzó la seguridad en el edificio a grado tal, que ahora no permiten acceso si no se registra, deja identificación y porta un gafete con la leyenda “visitante”. La autoría intelectual de la estrategia -que queda para el anecdotario político nayarita- se le atribuyó al ahora Notario Público 33, Jorge Armando Bañuelos Ahumada, Procurador General de Justicia durante del sexenio 1999-2005 y fue ejecutada por un grupo lidereados por el luchador social, José Ramón Parra Mendoza mejor conocido como “Parrita” que era empleado de confianza de la institución. El motivo, la controversia pública, legal y constitucional, entre el Poder Ejecutivo y Legislativo por el Presupuesto de Egresos estatal para el ejercicio fiscal 2003 y por un incremento –se dijo- al salario de los legisladores.Como lo plasmé en la obra “Legado Centenario. Evolución del Poder Legislativo del Estado de Nayarit”, esta institución se ha caracterizado por ser el garante para que los nayaritas gocen de un marco legal, normativo y constitucional acorde con los tiempos; su influencia e impacto ha sido factor determinante para la construcción del engranaje social, político y económico con el fin último de contribuir a la democracia y el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes del territorio estatal; sin embargo, a lo largo de su historia, no todas las legislaturas se han caracterizado por responder a las expectativas y algunos de sus integrantes dejan mucho que desear y bien pueden ser comparados con el semoviente en comento; ejemplos existen y en buena cantidad.Para cerrar esta colaboración, recuerdo cómo en su momento Rigoberto Ochoa Zaragoza, gobernador del Estado, durante una entrevista “banquetera”, con su peculiar estilo y a pregunta expresa sobre su opinión del trabajo de los diputados locales expresó palabras más o palabras menos “son unos burros enzapatados” y eso que la mayoría era de su mismo partido político.

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