Redacción Sentido Común
Las autoridades penitenciarias de Costa Rica han descubierto una insólita modalidad de contrabando: el uso de gatos entrenados para ingresar droga y dispositivos electrónicos a centros carcelarios. En el Centro de Atención Institucional Jorge Arturo Montero, conocido como La Reforma, un gato fue capturado con un bolso atado al cuello que contenía un teléfono celular, cargador, audífonos y una batería.
Este caso no es aislado. En otro penal del país, el Centro de Atención Institucional Nelson Mandela, en Limón, también fue interceptado un gato que transportaba envoltorios con marihuana y accesorios para teléfonos móviles. Las autoridades sospechan que los reclusos han estado entrenando a los animales para burlar la seguridad y hacer llegar objetos prohibidos al interior de las cárceles.
Ante estos hechos, el Ministerio de Justicia ha reiterado su petición a la Asamblea Legislativa para avanzar en un proyecto de ley que permita bloquear la señal celular en los centros penitenciarios. Con esta medida, buscan frenar las actividades delictivas que se coordinan desde el interior de los penales mediante el uso de teléfonos móviles ingresados de forma clandestina.
