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¿Por qué mentimos?

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Luis Rubén Maldonado Alvídrez

Es una pregunta que hace que se quiebren la cabeza las y los investigadores desde hace mucho tiempo. ¿Qué nos motiva a mentir? Y seguramente, ya tiene usted muchas respuestas en su cabeza.

“La forma más segura de engañar a los demás y no dar muestras de mentir es engañarse a uno mismo”, dice el investigador Robert Trivers, afamado por su teoría del autoengaño.

El autoengaño puede permitir que las personas mantengan creencias independientemente de la realidad y se defiende de toda evidencia. “ Son ejemplos comunes de autoengaño, tanto en el pensamiento popular como en la literatura, cine o la televisión, en los que se presentan casos de personas que prefieren creer lo que les da tranquilidad y desechan la evidencia contundente que los golpea con una fuerte dosis de realidad: como que sus parejas no son tienen aventuras fuera de su relación, que los hijos e hijas no beben alcohol o consumen drogas ilícitas o pacientes que no creen que ellos mismos no están gravemente enfermos”, cita una muy interesante investigación titulada “La lenta decadencia y el rápido renacimiento de autoengaño” de Zoë Chance, Francesca Gino, Michael I. Norton y Dan Ariely quienes son docentes de la Universidad de Yale, Harvard y la Universidad de Duke respectivamente. (Liga para descarga: bit.ly/3ncMqgW) En pocas palabras, el autoengaño se puede definir como la creencia positiva sobre uno mismo que persiste a pesar de la evidencia que lo desmiente, según el filósofo Alfred R. Mele. Y puede tener muchos usos, no siempre con buenas intenciones.

Otro estudio realizado en la Universidad de Massachusetts estimó que el 60% de las personas adultas mienten al menos una vez durante una conversación de diez minutos. Otras de las causas para mentir son evitar conflictos o castigos, no herir los sentimientos de otras personas o causar preocupaciones innecesarias, evitar una actividad desagradable, agradar a los demás, no ofender, entre otros tantos. “Cuando se miente asiduamente, “el engaño tiende a convertirse en una respuesta automática e impulsiva, no tanto fruto del deseo de manipulación o la astucia, sino de un hábito.

Mentir frecuentemente suele llevar a conflictos familiares, sociales, en el trabajo, etc., sin embargo, la persona no es capaz de dejar de mentir, a pesar de no tener malas intenciones o incluso padecer una sensación constante de estrés o sintomatología ansiosa”, declaró en una entrevista la psicológa española Victoria Orbe para el Diario ABC.

Quien ha definido una lista de causas por las que mentimos a los demás o a nosotros mismos La desconfianza, una mentira que comenzó por desconfianza puede tener efecto bola de nieve y crecer de manera incontrolable que genera graves conflictos. Impulsividad, las personas que mienten con frecuencia al final lo hacen de manera incontrolable y se vuelve parte de sus hábitos.

Algo mencionado anteriormente y muy común: evitar castigos y eludir responsabilidades; una persona puede mentir de forma reiterada para salirse con la suya, es decir ganar impunidad.Se asocia la mentira al éxito. En un estudio realizado por las académicas estadounidenses Gunia y Levine se observó que, en aquellos empleos con una mayor orientación a las ventas que al cliente, los empleados podían asociar la mentira al éxito laboral.

Huir de la realidad por la insatisfacción personal que puede llevar a adornarla con cosas menores que con el tiempo crecen y se convierte en un maquillaje total que la altera de manera radical para que sea más divertida y tolerable.

También la intolerancia emocional a fracasos de índole diversa y falta de inteligencia emocional pueden provocar que la persona opte por mentir a fin de evitar el malestar emocional que considera que le ocasionaría decir la verdad.Más común de lo que se cree: la falta de habilidades sociales y utilizan la mentira como escudo para no exponer sus necesidades o carencias emocionales.

Tener una relación tóxica con los padres o la pareja: Ante personas excesivamente inflexibles, autoritarias, controladoras e incluso agresivas, la persona puede recurrir a la mentira por temor a las consecuencias de exponer su opinión o a fin de poder tomar sus propias decisiones.

Otra de las muy comunes: miedo al rechazo o a la crítica. Al parecer, quienes temen el rechazo o les cuesta asumir las críticas pueden adornar o falsear la realidad para mantener una imagen aparentemente perfecta ante el resto de la sociedad.Y hay muchas más de las cuales, más adelante ahondaremos más, especialmente en las historias de la vida real que han trascendido fronteras gracias a novelas, el cine o la televisión.

ESPRESSO COMPOLAl momento de escribir estar líneas me enteré de la muerte de Xavier López “Chabelo” que se convirtió en una tendencia noticiosa en redes sociales, a la que no ha faltado personaje de la política que no se haya subido.

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