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MICROHISTORIAS

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CUENTO AL MINUTO
William Endean

MICROHISTORIAS: El vampiro despertó. La sensación de hambre era muy fuerte. Se palpó y no encontró la estaca: alguien lo había liberado del sueño eterno. Pero ¿por qué no despertó? ¿Por qué estaba cerrado su ataúd? Sintió que lo llevaban a un monstruo sonoro. Intentó salir, pero algo había atascado la tapa. Cuando trató de gritar, ya estaba el sonido ensordecedor. Se oía gente, pero por encima de ellos estaba ese ruido. Trató de escuchar, pero aquello era muy fuerte y absorbía todo. Intentó de forzar su salida, pero le faltaban fuerzas. Gritó y gritó e hizo un esfuerzo para liberarse, pero su caja era de lo mejor y si nada podía entrar a perturbarlo, tampoco podía salir. Tuvo un atisbo de pánico: debía beber sangre antes de la luna llena, pues si no desaparecería para siempre. Ignoraba que una cazavampiros de onceava generación lo había encontrado. Después había puesto chapas, seguros y cadenas con crucifijos en la tapa. Sustrajó la estaca de su cuerpo pero lo dejó adormilado con ajos. Luego donó el ataúd a un antro temático de 24 horas con la condición de que no lo hurgaran, lo colocaran cerca de las bocinas y le permitieran abrirlo luego de la siguiente luna llena. Todo esto no sabía, pero cada día estaba más débil.

 

Fotografía de la francesa Juliette Jourdain, de la serie «Las maravillas», que muestra un hombre apoyado en la pared.

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