Javier Rodríguez Castro | Adrenalina Deportiva
Lejos están los años, donde hablar de los Coras en el futbol profesional, ya sea en segunda división o en tercera era orgullo para la afición de Nayarit. Actualmente hay un equipo en la llamada Liga Premier que tiene el nombre de Coras pero juega cientos de kilómetros de su origen en Tepic, lo hacen en Piedras Negras, Coahuila. Mientras tanto el representativo de la tercera división, lo hace actualmente en Bellavista, cerca de la capital nayarita, sin tener un arraigo con la afición.
El equipo del pueblo, donde surgieron jugadores como Juan Casillas, el popular “lecheras”. Díaz Ávalos, Marcelino Bernal, Ramón Ramírez, entre otros. Parece que se encuentra en peligro de extinción, se.ha convertido en un equipo sin alma, donde cada administración que llega se encarga de pisotear y arrastrar la historia, del representativo deportivo más importante de Nayarit.
El equipo vive del recuerdo, de quienes alguna vez acudieron al demolido NAO los viernes por la noche para disfrutar y alentar a los Coras. En la mente de muchos viven las finales que se jugaron, donde fueron más sin sabores que alegrias. Porque el equipo perdió contra el Oaxtepec, Murciélagos y Necaxa. La mayor satisfacción fue en aquel lejano 2002 cuando ganaron el título contra Real de la Plata en segunda y también se consiguió el campeonato en tercera.
Para el jugador de Nayarit, era una aspiración jugar en el barrio y después llegar a los Coras para posteriormente buscar un equipo de primera división. Hoy muchos se conforman con el barrio y son pocos los que quieren jugar en los Coras.
Los malos manejos de directivos, hacia un plantel que es histórico en el futbol mexicano en su categoría, han hecho que los Coras den más pena que alegria. Su representativo en la tercera división,se encuentra en el último lugar del grupo 15, cualquier equipo que se mete a su cancha, es capaz de sacarle puntos, algo impensable hace algunos años con un representativo cora.
A todo esto le sumamos que ya no cuenta con el recurso público, el cual se le entregó durante muchos. Lo cual no era adecuado pero igual se hacía.
Todo eso ha llevado a que el equipo agonice lentamente, sin que se haga algo para rescatarlo. Ni afición, ni ex jugadores, mucho menos empresarios están interesados en un producto que conforme pasa el tiempo está condenado a desaparecer.