Luis Guillermo Hernández Aranda
La verdad no la tiene usted presidente, Andrés Manuel López Obrador. No es dueño de la verdad absoluta si es que esa existe, eso ya sería meternos a un dilema filosófico. No tiene la verdad cuando dice que hemos domado la pandemia, tampoco tiene la verdad cuando dice que el sistema de salud no está colapsado y hay los suficientes médicos para atender a los enfermos de Covid-19.
No tiene la verdad cuando dice que usar cubrebocas no sirve de nada, tampoco cuando dice que el virus ataca sólo a los corruptos y menos cuando dice que lo peor de la pandemia ya pasó.
Tampoco tiene la verdad señor presidente cuando afirma que ahora los apoyos llegan a los más necesitados y que desapareció la corrupción. En todos los estados hay historias de personas a las cuales nunca les ha llegado un apoyo porque simplemente no militan en Morena o los encargados de los programas sociales benefician a sus amigos. Tal y como sucedía en el pasado.
Tampoco tiene la verdad cuando afirma que hay suficientes medicamentos para los niños con cáncer. Ahí están los reclamos de los padres. El dolor de los niños que no tienen medicamentos para enfrentar su mal y en usted no encuentran una solución, sólo retórica política.
Los datos son para contrastarse, para analizarse, no porque usted tenga “otros datos” significa que estos sean verdaderos. No es verdad que los recortes al presupuesto no vayan afectar a los estados como tampoco es verdad que en su sexenio las estancias infantiles, las guarderías y todas las políticas de género no hayan sido afectadas. Por el contrario ha dañado muchos de los logros feministas y su gobierno prefiere no escuchar a las mujeres.
No es verdad señor presidente que usted sea un humanista a favor del diálogo, por el contrario usted privilegia el conflicto. El pleito con periodistas, empresarios, gobernadores, para usted es más divertido que resolver los problemas que tiene este país.
Tampoco tiene la verdad presidente cuando dice que la violencia ha desaparecido, que ha reducido el número de homicidios y que ahora nos sentimos más seguros. Tampoco tiene la verdad señor presidente cuando dice que su gobierno es de izquierda progresista, por el contrario sus políticas públicas son más cercanas al neoliberalismo, aunque en el discurso privilegia los alegatos populistas.
Es verdad señor presidente que usted ganó las elecciones, que es un presidente muy popular y que hay mucha esperanza en su gobierno sin embargo no por ser el ejecutivo tiene usted la verdad absoluta creer esto lo coloca a usted más cercano a un dictador que a un humanista.
Nadie es dueño de la verdad absoluta y sería bueno señor presidente que reconociera que hay muchas realidades en México, muchas de ellas muy dolorosas y que no sólo existe la realidad que se plantea en cada discurso de la mañanera.
@lharanda