Redacción Sentido Común
Las Vegas no podía dejar de lado su parafernalia, con fuegos artificiales, luces y drones, que adornaron toda una producción inspirada en la película The Hunger Games (Los Juegos del Hambre).
Los primeros en aparecer, a manera de tributo, fueron los pilotos de Haas Kevin Magnussen y Nico Hulkenberg, arriba de grandes estructuras que los elevaron sobre el iluminado cielo de la Capital del Pecado.
Así, cada uno de los 10 equipos y los 20 volantes del Gran Circo, donde la ovación de la noche se la llevaron Max Verstappen y Sergio Pérez, con un nutrido número de fans alentando al mexicano y al neerlandés de Red Bull.
La atención a los detalles de los organizadores no pasó el corte del propio volante neerlandés, quien criticó con severidad la manera cómo sus compañeros y él son tratados para el show.
“Por mí, eso se puede saltar (el espectáculo); simplemente estamos ahí parados, luciendo como payasos”, la lapidaria descripción de Verstappen, tricampeón de la Fórmula 1.
