#ConSentidoComundeMujer
María Esther González Aguilar
En México, para los profesionales de la comunicación y periodistas, hay fechas de gran relevancia: el 4 de enero para celebrar el Día del Periodista; 3 de mayo declarado como el Día Mundialde la Libertad de Prensa; 12 de mayo Día del Comunicólogo y desde luego el 7 de junio, Día de la Libertad de Expresión, este último, como un derecho para todo ciudadano consagrado en los artículos 6° y 7° de la Constitución pero fuertemente vinculado con los medios y sus colaboradores. Para Reporteros Sin Fronteras son cinco aspectos que atentan contra la libertad de prensa y al futuro del periodismo: gobiernos y gobernantes totalitarios, dictatoriales y autoritarios; falta de regulación en la era de la comunicación digital; confusión de contenidos; la pérdida de confianza y desde luego crisis económica, social y ahora sanitaria.
La libertad de prensa, el periodismo, los medios y los periodistas, transitan por una ya larga y compleja etapa de crisis, con nuevos o viejos problemas y vicios; sin embargo, sigue siendo momento para reflexionar sobre los retos y la aportación para recuperar la dignidad, credibilidad y confianza. Lo que no está en crisis es la función social del periodismo como tampoco la necesidad ciudadana de tener información de calidad, por lo tanto de buen periodismo y mejores periodistas para los que existen palabras claves como respeto, libertad, ética, compromiso y responsabilidad social con pensamiento crítico, sin censura y sin amenazas.
Un gran reto es no traspasar esa tenue línea que existe entre el interés, afecto, creencia o posición personal -a lo que desde luego se tiene derecho- y la actuación profesional de servicio a la sociedad, es decir, como individuo puedo estar o no de acuerdo con un tema sensible para la sociedad o un personaje público, pero al momento de actuar como profesional el deber es hacerlo pensando que es un servicio para todos, sin filias ni fobias, así se construye o abona para la confianza, la credibilidad y al prestigio personal.
Ejercer la libertad de prensa y periodismo no es hablar de poder, tampoco es un contra-poder aunque frecuentemente se está expuesto a la influencia de los poderes y los poderosos. El periodismo es credibilidad, profesionalización y responsabilidad. El compromiso con la verdad es esencial para un periodista, se puede calificar como utopía, sin embargo afirmo que es posible si existe voluntad, luego entonces es tiempo de tener voluntad y aportar; luchar contra la infodemia y no dar juego a fake y/o false news.
Javier Darío Restrepo (1932-2019) fue periodista y escritor colombiano, autor de cerca de 28 libros sobre ética periodística. En su obra ‘Deontología Periodística. Un camino urgente a seguir’ (2015), hace una reflexión concisa pero profunda sobre “el oficio más bello del mundo” como lo definió el escritor francés Albert Camus, frase que retomó Gabriel García Márquez. La valiosa aportación de Restrepo al periodismo mundial es un decálogo el cual tomo como referencia y comparto agregando otros puntos como una forma de enriquecer la propuesta de un grande ciudadano universal. ¡Va!
En aras de la libertad de prensa es tiempo de reivindicar al periodismo y a los periodistas; son tiempos de unidad, de cohesión, de defender derechos y libertades, de demandar garantías para el ejercicio de una actividad que se lleva en la sangre o tatuada en la piel. Es tiempo de exigir respeto a todos, en particular a las fuentes de información, por lo general figuras públicas, algunos de los cuales a espaldas, en voz baja, se expresan despectivamente del periodista y su labor. ¡Ya basta! de insultos y descalificaciones en público y en privado.
Es un periodo decisivo para la libertad de prensa, elperiodismo y los periodistas. Celebro que exista más apertura. Condeno toda forma de control explicito, sutil, vedado, o disfrazado como ‘diálogo circular´. Me congratulo de ser testigo de una nueva generación de comunicadores, mujeres y hombres que tienen en sus manos la nada simple responsabilidad de servir a la sociedad y escribir la historia de los pueblos. Una profesión que llevo en la sangre y tatuada en la piel. ¡Es cuanto!