Luis Rubén Maldonado Alvídrez
Buenos Aires, Argentina.- Desde la avenida más ancha del mundo, la 9 de Julio, la más importante de Buenos Aires, ya se respiraba el aroma a triunfo del Frente de Todos que encabeza la dupla Fernández-Fernández. Sólo unas horas más tarde se conocieron los resultados preliminares oficiales, que ratificó el sentimiento de miles de argentinos que celebraban la victoria, aunque significara el regreso de la siempre polémica Cristina Fernández viuda de Kirchner, dos veces expresidente de aquel país.
En agosto, Argentina estrenó las elecciones PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) que propinaron una inesperada derrota al presidente en funciones Mauricio Macri por amplio margen.
Macri buscaba la reelección tras haber sacado a Cristina Fernández de la Casa Rosada (sede el poder ejecutivo argentino) y los resultados de las PASO, fueron un balde de agua fría para él.
Desde el 11 de agosto que se realizaron las PASO, el triunfo de los Fernández parecía cómodo y el equipo de Macri, comenzó una agresiva para presumir la obra pública realizada por su gobierno y para pedir disculpas por la mala situación económica que tiene Argentina.
En las primarias, la diferencia entre los Fernández y Macri fue de 17 puntos. En la elección del pasado 27 de octubre, Macri remontó 10 puntos, pero no le alcanzó para forzar a una segunda vuelta.
El Frente de Todos de Alberto Fernández –Cristina Fernández obtuvo 48.10%.
Mientras que la fórmula Juntos por el Cambio encabezada por Mauricio Macri y Miguel Pichetto obtuvo 40.37%.
Se confirmó lo que la mayoría de los analistas vaticinaron: no habría segunda vuelta. Esto porque la dupla ganadora obtuvo más del 45% de la votación, porcentaje suficiente para obtener el triunfo y evitar la segunda vuelta entre los punteros.
Sin embargo, la sorpresa de la remontada de Macri, fue mucha. Cuando se cuestionaba la estrategia de comunicación del gobierno de Macri y de su campaña, la remontada de 10 puntos comprobó que algo hizo bien en esta etapa de campaña previa a las elecciones nacionales.
Quizás si la campaña hubiera durado un mes más, el resultado hubiera sido otro.
Un gran resultado para Macri, aunque no suficiente para ganar, sí lo es para conformar una oposición sólida, una vez que deje el gobierno.
La estrategia de campaña del gobierno macrista no es desconocida para los mexicanos. Optaron por el #SiSePuede, muy al estilo de los mexicanos cuando estamos en la adversidad de cualquier tipo. El #SiSePuede implica solidaridad y unidad. A esos sentimientos apeló Juntos por el Cambio durante la campaña, mostrar que contaba con la simpatía y respaldo de millones de argentinos.
Los Fernández administraron su ventaja y mantuvieron sólida su votación desde la internas y se incrementó sólo ligeramente en las elecciones del pasado domingo. Y eso fue suficiente para sacar a Macri de la Casa Rosada.
Horas más tarde de darse a conocer los resultados, el presidente Macri se dirigió a toda la gente que lo respaldó para ratificar que formarán un bloque opositor fuerte y anunció que ya había invitado a desayunar al presidente electo para trabajar un plan de transición rumbo al cambio de gobierno, el 10 de diciembre.
Muy al estilo de Peña Nieto el año pasado.
Destaca la tranquilidad con la que se llevaron los comicios y la aceptación de los resultados, ante una sociedad argentina que estaba llena de rumores de inestabilidad política, que al final de cuentas, fueron sólo eso: rumores.
ULTIMALETRA
Cristina Fernández de Kirchner cuando fue presidenta de Argentina, en su primer periodo, tuvo como jefe de gabinete al actual presidente electo de aquel país. Tuvieron un pleito que los llevó a distanciarse una década. Hasta que Cristina, haciendo alusión a su difunto esposo y expresidente argentino, el popular Néstor Kirchner, destapó a Alberto Fernández para ser su fórmula hacia la presidencia, cuando se esperaba que Cristina se postulara de nuevo. No hay perdón más poderoso que aquel que se hace en pos del poder.