EL HÉROE DE LAS MIL CARAS
Rafael G. Vargas Pasaye
Joseph Campbell en “El héroe de las mil caras” (1949), explica a detalle los pasos para que se cumpla el mito del salvador, el cual es uno de los más complicados de mantener en la vida pública, ser el justiciero desgasta, y requiere de varios factores, sobre todo de uno externo: el adversario, la causa, el contrincante, contra lo que hay que luchar o de lo que hay que salvar al “pueblo bueno”.
Por eso, incluso perdiendo en algunas elecciones o en las votaciones, Andrés Manuel López Obrador gana en su narrativa como en las leyes que manda a través de su partido mayoritario en las cámaras de diputados y senadores.
El aspirante a héroe habla de terminar con las injusticias, pero si eso llegara a suceder ya no se requerirían sus servicios. Como ha pasado con algunas figuras en diversos ámbitos de la vida, depende el momento, por ejemplo en tiempos de paz un comandante de guerra resulta no sólo inútil sino problemático.
Por eso a la narrativa de la Cuarta Transformación le viene bien cuando no arrasa, cuando no gana, cuando “pierde”, porque así revive en su discurso, porque recarga pilas a esas frases que le han servido y que ha utilizado desde la primera candidatura presidencial en 2006.
Porque al ser obstaculizado su paso, el pueblo bueno sabrá diferenciar quienes se opusieron, y quienes son los salvadores, esa diferenciación lamentablemente polariza más al país, no ya sólo a los diputados, senadores o personajes políticos, sino al ciudadano común, al peatón citando a Jaime Sabines.
Cada vez es más recurrente que dejen de asistir a tertulias amigos que antes no faltaban, y ello porque no quieren pasar un mal rato con quienes hasta hace poco disfrutaban charla y compañía.
Conozco el caso de un maestro universitario que ha plagado sus redes sociales de vítores a favor de López Obrador, dejando de lado totalmente sus actividades académicas, ya que en lugar (o ya mínimo, combinar) sus muchos conocimientos sobre el ramo que maneja y en el que se especializó en el extranjero, opina de todo lo que hace la 4T y, a veces, en corto lo comentamos sus exalumnos que por el cariño y respeto que le tenemos no escribimos nada en público.
Pero seguramente no es el único caso, quien esto lee ha de saber de alguno similar, un apasionado o apasionada o alguien que ha optado por la retirada ante tanta discusión y polarización, pues los extremos nos están obligando a tomar partido pese a que, en ocasiones no se cuenta con la suficiente información y entonces el debate ya sólo queda en blanco y negro, en bueno y malo.
Y eso no necesariamente ayuda el mito del héroe, la narrativa debe tener trama, diálogos, personajes, y por supuesto tarde que temprano un final, donde el héroe triunfe, aunque como vemos, en ocasiones ciertas derrotas le resultan mejor para sus fines.
@rvargaspasaye
www.consentidocomun.mx