Luis Rubén Maldonado Alvídrez
La Revolución Mexicana es uno de los hechos más importantes en la historia de nuestro país debido a que en éste el pueblo se alzó en contra de la dictadura de Porfirio Díaz.
Fue un movimiento donde se involucró una gran cantidad de personajes que redefinieron el futuro de México como Francisco I. Madero, Victoriano Huerta, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata y el más célebre de todos: Francisco Villa.
Díaz ha sido revalorado en tiempos recientes, como un gran modernizador del país. Su fascinación por lo francés lo llevó a engancharse en un invento que estaba dando de que hablar en el mundo: el cinematógrafo.
Cuando Díaz lo conoció, había comprendido el poder que este medio podía tener sobre la población. Por esa razón, el presidente invitó a los creadores de tal maravilloso invento, los hermanos Lumière, a visitar México para conocer con sus propios ojos la famosa “máquina de luz”.
El oaxaqueño quedó tan fascinado con el invento y sus capacidades que de inmediato encomendó a los Lumière que hicieran una película “El presidente de la república paseando a caballo en el bosque de Chapultepec”, que es la primera película mexicana de la historia teniendo como protagonista al entonces presidente.
Así, Porfirio Díaz Mori se convirtió en el primer actor del cine nacional.
Después del dictador y comenzada la lucha armada, el cine se volvió un aliado fundamental de la Revolución Mexicana, ya que este conflicto armado fue el primero en ser documentado en millones de fotografías y en el cine.
Fueron varios los personajes que tejieron interesantes alianzas para dejar su legado revolucionario en el cine. El “apóstol de la democracia” Francisco I. Madero lo hizo con Salvador Toscano y los hermanos Alva para documentar en película su carrera política.
Venustiano Carranza se unió con George D. Wright y juntos hicieron películas de propaganda. Álvaro Obregón contrató los servicios de Jesús H. Abitia, mismo que lo siguió a lo largo de 8,000 kilómetros de campaña.
Pero el rey del cine de la Revolución Mexicana es
Francisco Villa. Ningún personaje revolucionario le sacó tanto provecho como él. Villa firmó un contrato de exclusividad con Mutual Film Company, acción que nos ha heredado muchas legendarias imágenes del Centauro del Norte, entre ellas las de la toma de Ojinaga. La exitosa alianza de Villa con el cine, permitió construir su mito y leyenda en todo el mundo.
El cine hizo que la población de los Estados Unidos, percibieran a Villa como un valiente héroe y no como el desalmado ladrón.
Por eso, se puede afirmar con toda certeza que la imagen de Francisco Villa cambió gracias al cine y se inmortalizó.
Así fue de relevante el papel del cine durante la Revolución Mexicana, que años después, generó una corriente en el cine mexicano dedicado a este episodio de la vida nacional que tantas pasiones genera.
ULTIMALETRA
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