Redacción Sentido Común
Como cualquier película de cine, con todas las características para alcanzar un éxito en taquilla, ha sido calificada la historia de Damon Sheehy-Guiseppi, un exjugador de fútbol americano universitario de un colegio en Phoenix, que, a falta de recursos económicos, se sometió a la calle para alcanzar su sueño de jugar con los Cleveland Brows.
El joven aprovechó la visita a uno de los entrenamientos del vicepresidente de jugadores de Cleveland, Alonso Highsmith, y se coló diciendo que lo conocía y había sido citado para presentar una prueba. Bastó con hacer la prueba de velocidad para lograr otra cita en el que lo verían los entrenadores del equipo.
Sin embargo, mientras esperaba que se cumpliera una semana para la nueva prueba, le tocó improvisar durmiendo en un abierto las 24 horas y luego en la entrada de unas instalaciones de entrenamiento, puesto que no tenía dinero para devolverse a casa o pagar una pieza de hotel mientras llegaba el día.
Pues bien, anoche el nombre Damon fue coreado por todo el estadio cuando anotó su primer touchdown en un regreso de despeje de 86 yardas durante la victoria de los Brown.
A pesar de que fue su primer partido profesional, por su historia y su talento, Damon ya es todo un ejemplo de superación para grandes y chicos y se perfila como el jugador del año.
