Redacción Sentido Común
Una investigación de la AP encontró que han surgido casos de monjas que sufrieron abuso sexual en Europa, África, América del Sur y Asia, lo que demuestra que el problema es global y extenso, debido en gran parte a una tradición en la que las mujeres son vistas como personas de segunda clase en la iglesia y a su arraigada subordinación a los hombres que la dirigen.
Algunas monjas han dado la cara impulsadas por el movimiento #MeToo (A mí también) y por el creciente reconocimiento de que los adultos pueden ser víctimas de abuso sexual cuando hay un desequilibrio de poder en una relación.
Esta semana cerca de media docena de monjas en una pequeña congregación religiosa de Chile hicieron públicas sus historias de abuso por parte de los sacerdotes y de otras monjas en televisión nacional. Relataron que sus superiores no hicieron nada para detenerlo.
Con información de www.luisguillermodigital.com