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UNA MUJER ¿PRESIDENTA?

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Comunicación para el Bienestar

Claudia Sheimbaum está de gira en apoyo a los candidatos de Morena a gobernadores de diferentes estados. Y ahí, de mitin en mitin, se ve suelta, segura de sí misma, como si fuera su candidatura la que estuviera promoviendo. Situada en su tercer año de gestión en la CDMX, la política y científica se siente en el pináculo del poder y con la capacidad suficiente para hacer casi cualquier cosa y para pensar en otras tantas.

Por eso los actos de apoyo a los que ha acudido parecen un termómetro ideal para ir midiendo la temperatura en espera de un futuro próximo. Y es que gobernar una ciudad como la CDMX la coloca como precandidata natural a la presidencia de la República en los comicios del 2024. O al menos eso es lo que al parecer piensa Sheinbaum y lo manifiesta de manera clara en cada mitin al que acude, afirmando que México ya está preparado para una presidenta.

La última vez que un “ya estamos preparados” que se pronunció en México, mandó a un dictador en el Ypiranga rumbo al exilio. Hace cien años éramos unos niños que no podíamos elegir a nuestro presidente y, hoy en día, continuamos en la infancia porque nos seguimos preguntando si estamos listos para elegir a una mujer, entonces ¿cómo cuánto más nos tardaremos en estar simplemente preparados para elegir a las mejores personas?

Y es que si lo quiere decir es que ya superamos la perspectiva patriarcal de situarnos frente a las candidatas a la presidencia de la República, las dudas saltan a la vista. Desde Rosario Ibarra, primera candidata presidencial, pasando por Cecilia Soto, Marcela Lombardo, Patricia Mercado, Josefina Vázquez Mota y la más reciente, Margarita Zavala, sólo seis mujeres han entrado en la carrera presencial.

Los resultados, en todos los casos, no solamente fueron electoralmente desastrosos, sino que, directa o indirectamente, las candidatas fueron demeritadas, sexualizadas, estereotipadas y cuestionadas en su capacidad. El colmo de tales casos le correspondió a Josefina Vázquez Mota, que sufrió un bochornoso fuego amigo de parte del aquel entonces presidente de la República, Felipe Calderón, quien trató de una manera indigna a la candidata de su partido.

Era la mañana del 4 de abril de 2012, una mujer fue exhibida, sonriente y en ropa deportiva, mientras hacia ejercicio en un hotel de Ensenada, Baja California, nadie habló de la reunión que sostuvo con empresarios de esa región un día antes ¿México está listo para tener una mujer presidenta? era la pregunta que a diario tenía que contestar Josefina Vázquez Mota sin importar en qué plaza se presentara.

La expresidenta chilena, Michelle Bachelet, lo había advertido cuando dijo que a una candidata le observan cosas que jamás preguntarían de un hombre; el peso, el corte de cabello o la dinámica familiar, cada una de ellas con una descalificación implícita por el simple hecho de ser mujer.

Cuando aparecieron esas fotografías de Vázquez Mota, la prensa y los demás candidatos presidenciales, todos hombres (Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri) llevaban varias semanas difundiendo información en la que se cuestionaba el estado de salud de la candidata derivado de un episodio en el que un mareo fue televisado. De alguna forma, que sólo se puede explicar desde una cultura machista y del marketing político (ambas prácticas igual de lamentables), la respuesta del publicista de la panista, Alejandro González y de su asesor, Antonio Solá, fue mostrarla en una sesión de cardio de cuarenta minutos para exhibir su excelente estado de salud ¿Se acuerdan de Alicia Machado y Donald Trump?

Ese 2012 por primera vez el partido en el poder elegia a una mujer como candidata a la presidencia y también fue el año en el que más mujeres estuvieron contendiendo para un cargo público, esto debido a que por la primera vez, también, se aplicaba la ley de cuota de género en las dos cámaras, en el 2009 ya se había aplicado a la Cámara de Diputados. “Va a ser mucho más difícil para nosotras las mujeres y tenemos que estar preparadas para eso”, dijo la panista en una entrevista para el canal del Congreso de marzo pasado.

¿México está preparado para tener una mujer presidenta? Cecilia Soto, candidata presidencial del Partido del Trabajo (PT) en 1994, ya lo había asegurado, “por supuesto, desde hace tiempo”, dijo. A un sexenio y medio de distancia, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, lo reafirmó, “México está preparado para que una mujer llegue a la presidencia de la República”, sin embargo, se dice por ahí que para tener la respuesta correcta hay que hacer la pregunta correcta ¿los mexicanos estamos preparados para votar por una mujer? Y más allá ¿los mexicanos estamos preparados para exigir buenos candidatos por encima de su condición de género?

Por esto, lo dicho por la doctora Sheimbaum tendría que entenderse como un ¡Aquí estoy, y quiero ser candidata a la presidencia de la República de los comicios de 2024! Así de simple y así de complejo.

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