Redacción Sentido Común
– Si vas a leer sólo un libro de filosofía, que sea «Sobre la libertad» de John Stuart Mill, para saber qué tienen que dejarte hacer y qué debes permitir que hagan los otros.
– Si vas a leer sólo un libro de poesía, que sea «Las flores del mal» de Charles Baudelaire, para que tengas un pretexto de aprender francés.
– Si vas a leer sólo una novela de aventuras, que sea «El mundo perdido» de sir Arthur Conan Doyle, para que sepas de dónde viene Jurassic Park y el resto de la dinomoda.
– Si vas a leer sólo una novela de amor (y desdicha, claro), que sea «Ana Karenina» de León Tolstoi, para que sepas cómo se las gastan los rusos.
– Si vas a leer sólo una novela de ciencia ficción, que sea «La isla del doctor Moreau», de Herbert George Wells, después de la cual te verás raro al mirarte al espejo.
– Si vas a leer sólo una novela de terror, que sea «Cementerio de animales» de Stephen King, para que renuncies a todas tus mascotas.
– Si vas a leer sólo una novela policíaca, que sea «El sabueso de los Baskerville» de sir Arthur Conan Doyle, para que saludes, conozcas y despidas al gran Sherlock Holmes.
– Si vas a leer sólo un libro político, que sea «La condición humana» de Hannah Arendt, porque pone cada cosa en su sitio.
– Si vas a leer sólo un libro de cuentos, que sea «El Aleph» de Jorge Luis Borges.
– Si vas a leer sólo una novela histórica, que sea «Vida y destino» de Vasili Grossman, para que sepas lo que derivó de la Revolución de Octubre, cuyo centenario se cumple este año.
– Si vas a leer un sólo libro humorístico, que sea «Para leer mientras sube el ascensor», de Enrique Jardiel Poncela, porque cuando el humor no es breve y chocante deja de ser humor para convertirse en otra cosa (por ejemplo, el Quijote).
– Y si sólo quieres leer un libro pero que sea de filosofía y de poesía, de aventuras y de terror, histórico y hasta político, lee «Moby Dick» de Hermann Melville. Si puedes, léelo todos los años.
Fuente: Librotea de www.elpais.com