Redacción Sentido Común
Ucrania acusó este sábado a Rusia de haber lanzado un masivo ataque aéreo con 165 drones kamikaze durante la noche del 2 al 3 de mayo, en uno de los bombardeos más intensos desde el inicio de la guerra. Según el ejército ucraniano, las defensas antiaéreas lograron derribar 69 drones, pero muchos lograron impactar objetivos civiles, especialmente en Kiev y la región central de Cherkasy.
En la capital ucraniana, al menos 11 personas resultaron heridas, entre ellas dos menores de edad. Los ataques provocaron incendios en edificios residenciales de los distritos de Obolonskyi y Sviatoshynskyi, y fue necesaria la intervención de 76 bomberos para contener las llamas. En Cherkasy, se reportaron daños en viviendas e infraestructuras, además de una persona herida.
El presidente Volodímir Zelenski condenó el ataque, señalando que demuestra la falta de voluntad de Rusia para avanzar hacia la paz. Recordó que, en la última semana, el país ha sido blanco de más de 1.100 drones, 1.360 bombas guiadas y al menos 10 misiles, a pesar de los llamados internacionales a un alto el fuego en el marco del 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Este nuevo episodio de violencia ocurre en un contexto de estancamiento en las negociaciones de paz. Aunque Ucrania y Estados Unidos firmaron recientemente un acuerdo sobre minerales estratégicos, funcionarios estadounidenses han advertido que persisten profundas diferencias con Rusia, lo que podría afectar el papel de mediación de Washington en el conflicto.