Luis Rubén Maldonado Alvídrez
A finales de octubre del 2020 tuve la oportunidad de grabar una entrevista con una de las personalidades más célebres y recurridas en cada elección presidencial en los Estados Unidos: el Dr. Allan Lichtman.
Lichtman es conocido como el “Nostradamus” electoral de aquel país, ya que predice, desde 1984, al triunfador de las elecciones presidenciales y tiene un solo fallo en su palmarés: la elección del 2000 entre Al Gore y George W. Bush.
¿Quién es el Dr. Lichtman?
Es historiador egresado de la Universidad Brandeis de los Estados Unidos y de Harvard. Actualmente es maestro de la Universidad Americana desde 1973 y cobró notoriedad al inicio de los años 80, tras desarrollar un innovador modelo matemático capaz de predecir con exactitud quién ganará las elecciones presidenciales de los Estados Unidos.
Rescato de aquella charla vía remota, sus inicios, en plena Guerra Fría: “en California conocí a un sismólogo ruso, buscaba predecir cuándo se podía producir un terremoto y en probar la validez de este modelo, tomando como experimento los procesos electorales. Así pues, conocí a Vlaidmir Keilis-Borok, quien había forjado su trayectoria en la Unión Soviética, país que no contaba con procesos democráticos y me propuso hacer la prueba en los Estados Unidos”.
Tras meses de adaptar el modelo y terminar su desarrollo, Lichtman lo filtró a algunos medios impresos y eso le valió una llamada de la Casa Blanca. La llamada era de Lee Atwater, quien era el estratega en jefe del entonces presidente Ronald Reagan.
“Me preguntó si el modelo realmente funcionaba y le dije que sí. Me citó de inmediato en la Casa Blanca”, me confesó en aquella ocasión.
Lichtman acudió a la importante y esperada cita. Ahí, el famoso Lee Atwater le hizo un planteamiento inesperado: ¿qué pasaría si Reagan no fuera candidato para la reelección?
Su respuesta fue directa, sin rodeos: “simplemente, vas de tener un candidato que se quede en la Casa Blanca o a uno que nunca la conocerá”.
Su modelo predictivo, no es matemático, se basa en la historia y me lo explicó de viva voz: “de acuerdo con el modelo de 13 llaves o factores, si el presidente en turno que busca la reelección tiene 6 o más en contra, simplemente pierde”.
Era 1984 y Reagan, en ese entonces, “como presidente sólo tenía 3 en contra, lo que lo hacía un claro ganador, si no era candidato, esos factores se duplicaban y hubieran entregado la presidencia”, me contó.
El estratega de Reagan quedó satisfecho con la respuesta y de ahí, el resto es historia: Reagan se postuló y arrasó a la fórmula del Partido Demócrata que formaban Walter Mondale y Geraldine Ferraro, quien fue la primera mujer en ser candidata a la vicepresidencia.
Desde hace 40 años, Lichtman predice exitosamente a quien ocupará la Casa Blanca y cada cuatro años publica su libro “Predicting the Next President”, en el cual se actualiza para hacer la predicción en turno. En 2016, fue de las pocas voces que auguraron el triunfo de Donald Trump y en 2020, a pesar de la compleja situación política, derivada de la pandemia predijo con antelación el triunfo de Joe Biden.
Estamos a unos días de la elección presidencial en los Estados Unidos y el profesor Lichtman, con sus trece claves, predice la victoria de Kamala Harris.
Sin duda, lo que veremos el próximo martes 5 de noviembre, será una contienda mucho más peleada que la del 2020 y que destaca por ser la segunda elección en la que una mujer es candidata a la presidencia.
A pesar de una fuerte corriente feminista en los Estados Unidos, la apuesta por mujeres como candidatas, en elecciones presidenciales, no ha rendido los frutos deseados.
Líneas atrás mencioné a Geraldine Ferraro, quien fue la primera mujer en ser postulada a la vicepresidencia. Fue hasta 2008 que el Partido Republicano se decantó por una dama para complementar la fórmula que encabezaba John McCain y fue hasta 2016 que, por primera vez, una mujer se convertía en candidata presidencial: Hillary Clinton, quien fue derrotada por Donald Trump en 2016.
Después de los Caucus de Iowa y otros estados, en plena pandemia, los demócratas llegaron a un acuerdo para que Joe Biden fuera el candidato único a la presidencia; su perfil era el adecuado para derrotar a Trump. El ahora presidente, apostó por Kamala Harris como candidata a la vicepresidencia y, en una circunstancia inédita, Biden se baja de la contienda y Harris hoy es la apuesta fuerte para derrotar por segunda vez a Donald Trump.
Trump derrotó a Hillary Clinton y hoy presume que es el gran obstáculo que las mujeres no pueden vencer. Presume su misoginia y xenofobia como armas de campaña para arrancar aplausos de multitudes que piensan como él.
Sin embargo, la contienda no deja de ser dispareja: el electorado le exige 5 o 6 veces más a Kamala Harris que a Donald Trump.
A Harris se le exige que sea bonita, guapa, perfecta, coherente, formal, empoderada, fuerte, femenina y un largo etcétera. Mientras que a Trump le aplauden sus insultos hacia ella, su misoginia, la diatriba y toda verborrea posible.
A Trump el electorado le exige poca o nula perfección
A pesar de la predicción del Dr. Allan Lichtman, Harris viene cuesta arriba: Se le exige más por ser mujer y por no ser blanca. A Trump se le exige nada, parece, por ser hombre, blanco y millonario.
Así que, a casi un cuarto de este siglo, la elección presidencial del próximo 5 de noviembre evidencia que aún existen muchos techos de cristal que romper en la cultura y en la comunicación política de los Estados Unidos y el que presume su democracia, aunque su método de elección sea bastante arcaico, sin olvidar que su modelo de comunicación política, incita a incrementar la saña, agresividad, violencia y mordacidad, dejando a esa nación con los ánimos tan calientes como agua para chocolate.
Así, el martes 5 de noviembre es una gran prueba para el electorado de los Estados Unidos y, por supuesto, para el Dr. Allan Lichtman y su modelo predictivo.
Será una larga noche la del próximo martes.
ESPRESSO COMPOL
Algunos datos para la elección presidencial de los Estados Unidos: 240 millones de personas son elegibles para votar y siete estados pueden definir al ganador: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, North Carolina, Pennsylvania y Wisconsin. Estas entidades son conocidos como “estados columpio”, pues pueden ser ganados por cualquiera de los contendientes. Los ojos del mundo estarán en ellos la noche del próximo martes.