Rafael G. Vargas Pasaye
La declaración parece en relación con otra cosa: “Esta es la temporada alta para nosotros, a principios de enero vamos detrás de la quema de cañas, detrás de la recolección y detrás del trabajo de los jornaleros”, la escucho en un audio de entrevista que le hizo mi compañera Lorena Martínez a Alejandra Pérez, Coordinadora General del Colectivo Familias Unidas por Nayarit.
Entiendo el contexto, las personas buscadoras esperan la quema para, al reblandecer la tierra, seguir su actividad, su búsqueda, su misión. Eso es en Nayarit, pero es igual en otros estados, en otros espacios, con otros nombres, familias, números. Ese es el México que desde hace varios años hemos venido compartiendo.
La temporada alta que nos narra Héctor de Mauleón un día sí y otro también en su columna periodística, la que vemos en diversos blogs o en diferentes redes sociales, pareciera que ya no nos sorprende, que se les terminó el sonrojo a quienes ejercen violencia.
La desaparición de personas también se vuelve recurrente, el asesinato de menores, algunos más mediáticos que otros, como el de Mateo, de 12 años, que corrió por internet porque para algunos portales amarillistas “vende” decir que desapareció en Guanajuato y apareció su cuerpo en Jalisco, cuando son solo calles, unos cuantos kilómetros los que separan a León de Lagos de Moreno.
Temporada alta para las buscadoras se reflejará tal vez en mayores desaparecidos localizados, de allí la urgencia de un banco de datos nacional para hacer las pruebas. En el sitio de Pantanal, municipio de Xalisco, Nayarit donde este colectivo ha enfocado sus esfuerzos ya fueron localizados 50 cuerpos desde 2017.
En ese sentido vale la pena recordar que apenas el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero anunció la puesta en marcha del Centro de Resguardo Forense, un esfuerzo que suma para dignificar el trabajo de todos los que buscan justicia en México, y que también pasa de las palabras a los hechos en un contexto complejo por donde se le vea.
Temporada alta para los grupos delictivos que en el acomodo sexenal pareciera que los ajustes de cuentas marca la norma, que lleva por reglamentación la ley del talión o la ley de la selva, y en ese ecosistema la sociedad sale perdiendo con incremento de delitos o de precios en los productos que consumimos.
Temporada alta también para que quepa la prudencia antes de la inmediatez en lo que se refiere a la labor periodística, el amarillismo no debe competir con la rigurosidad, la batalla por los likes no merece la falta de respeto del respetable público.
@rvargaspasaye
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