Redacción Sentido Común
Luis Donaldo Colosio Murrieta no es el único candidato presidencial en México que ha sido asesinado. Hubo dos más: los generales Francisco R. Serrano y Arnulfo R. Gómez.
Colosio Murrieta fue asesinado en el contexto de la sucesión presidencial de 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana, el 23 de marzo de 1994, a manos de un obrero michoacano identificado como Mario Aburto, que le dio dos balazos, uno en la cabeza y otro en el abdomen.
Los generales Serrano y Gómez fueron asesinados en el marco de la disputa por la Presidencia de México en 1927, de cara a las elecciones de 1928, para las cuales se hicieron cambios a la Constitución de 1917, que impedía la reelección del jefe del Ejecutivo federal, perfilando así la reelección de Álvaro Obregón que ya había sido Presidente en el periodo 1920-1924.
El 3 de octubre de 1927, el general Serrano fue asesinado. En el título principal de la edición de este diario, el 4 de octubre, se lee: “El general Francisco R. Serrano fue fusilado; el candidato a la presidencia de la nación, ejecutado”.
Al día siguiente, 5 de octubre de 1927, Excélsior publicó como nota principal: “La rebelión se ha circunscrito solo a dos núcleos de pocos hombres; uno de esos grupos lo manda el general Arnulfo R. Gómez”.
El 6 de noviembre de 1927 se publicó la información sobre el asesinato del general Gómez. “El exgeneral Gómez fue fusilado y su cadáver traído a la capital; con la muerte de Gómez la revuelta ha terminado”.
El 8 de noviembre de 1927, Excélsior publicó en su primera plana una nota fechada en Nueva York, relacionada con los asesinatos de los generales Serrano y Gómez.