Redacción Sentido Común
Médicos especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realizaron el primer trasplante a nivel nacional de un donador positivo a COVID-19 en la Unidad Médica de Alta Especialidad en Nuevo León, para salvar la vida de una niña de 12 años, cuyo pronóstico de vida no rebasaba las 72 horas si no recibía un hígado nuevo.
A dos horas de haber sido decretada como una “Urgencia Nacional”, apareció una esperanza de vida para Sofía de 12 años. Pero había un obstáculo: el donador había resultado positivo a COVID-19 pero las características de peso, talla y hasta grupo sanguíneo eran compatibles con la receptora.
“Sabíamos que no íbamos a encontrar otra oportunidad como ésta”, comentó el doctor Luna López, al indicar que a la paciente le pronosticaban un máximo de 72 horas de vida. Aunque era positivo a COVID-19, el donante se había mostrado asintomático, su carga viral no era de alta contagiosidad y su muerte fue por una razón distinta: una lesión neurológica grave.
Finalmente, la cirugía resultó un éxito porque no dejó datos de infección viral en la receptora ni en los cirujanos, y marcó un precedente en la historia del IMSS en todo el país.