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PEPE MEADE NECESITA UN MILAGRO

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Iván Soto

El proceso electoral poco a poco agarra más calor y va tomando rumbo y forma, pero en Durango la oferta inicial que los partidos han hecho en las últimas semanas al parecer no tiene mucho sabor para una sociedad que se expresa harta de la política.

Ayer estuvo en la capital duranguense José Antonio Meade por primera vez como precandidato a la Presidencia de la República, pues ya había estado en estas tierras en otras ocasiones como funcionario del Gobierno de la República.

Fui como reportero, para llevar a la gente los pormenores de su gira por esta ciudad y, claro, también con el afán de analizar fríamente al personaje, su forma de saludar, su dominio de escenario, el contenido de su discurso, sus propuestas, la emoción que ofrece en su mensaje y las reacciones que provoca.

No soy experto ni pretendo escribir como perito en el tema, pero me temo que solo fui a corroborar lo que había visto de él por las redes sociales y los medios de comunicación: es un personaje bonachón, un hombre que se ve preparado y que podría ser un buen Presidente de México, pero es muy mal candidato.

Pepe Meade y los priistas necesitan un milagro para que puedan salir del tercer lugar en el que casi todas las encuestas ubican al ex Secretario de Hacienda.

Un milagro, porque sinceramente no veo cómo hagan entender a Pepe que va perdiendo la elección y que si sigue así de aburrida su campaña podría ser factor de derrotas en las campañas paralelas a la presidencial, me refiero al Senado, a las diputaciones federales y a las diputaciones locales.

Meade carga de por sí con el rechazo que genera la marca que lo postula, el PRI, desgastado por su mal desempeño en la Presidencia de Enrique Peña Nieto, así como por los escándalos de corrupción local que han surgido en casi una decena de entidades dirigidas en su momento por gobernadores priistas.

Pero, además, «el preparado» José Antonio carga con los problemas que padece el PRI en los estados donde no es gobierno, como el caso de Durango, donde las cúpulas del poder tricolor no dejan de pelearse entre sí, de pisarse unos a otros para tratar de imponerse en el reparto de espacios.

Hagamos un ejercicio de comparación para darnos una idea de lo difícil que le resultará al priismo duranguense sacar buenos resultados electorales en los comicios del primer domingo de julio del presente año:

1.- En las elecciones federales del año 2012 el candidato presidencial no solo sumaba votos sino que jalaba hacia arriba a los candidatos en los estados, pues a querer y no Enrique Peña Nieto fue un fenómeno electoral que hizo creíble el triunfo del PRI tras 12 años de estar fuera del poder en los sexenios panistas de Fox y Calderón. Hoy, Meade no llega a la postulación ni cerca de lo que era en ese entonces el mexiquense.

2.- Al Senado, en Durango, además de llevar un buen candidato y muy rentable a la Presidencia de la República, el PRI no arriesgó nada y mandó en la fórmula de senadores a Ismael Hernández Deras y Lety Herrera Ale, los dos cuadros más ganadores y confiables que podría tener el tricolor en esta entidad.

Hoy, sin embargo, se sacrifica a Durango donde en vez de buscar una fórmula competitiva se estará eligiendo a una fórmula que le permita al PRI Nacional cumplir sus cuotas de género y edad, sin importar si sean o no muy rentables: con todo respeto, pero comparen a Ismael y Lety con Ali Gamboa y Ricardo López…

3.- Hace seis años el PRI era oposición y era muy marcada la polarización ya que el PAN lanzó una candidata débil en la persona de Josefina Vázquez Mota y eso, sumado a la campaña de temor contra López Obrador, produjo que quien capitalizara el escenario fuera el priísta Peña Nieto, promovido más de seis años por Televisa y TV Azteca como un gobernante ideal en el Estado de México.

Hoy Meade es postulado como candidato del PRI sin ser priista. Es el gallo del Presidente Peña pero no de todos en la burbuja del poder priista. Es el personaje al que se le cobra la factura del sexenio y sin embargo su campaña es presumiendo lo que hizo para combatir la pobreza ¿?

Algo no encaja. Pepe Meade necesita un milagro que lo coloque en la competencia. Su curva de crecimiento muy rápido se detuvo y ya registró un peligroso declive este mes, pero el precandidato quizá no se da cuenta pues se comporta como puntero, sin dar señales de pelea, con tonalidades grisáceas como si sus asesores le dijeran que ganará en la medida que siga nadando de muertito.

A lo mejor se atienen a un milagro. De otra manera no veo cómo puedan evitar lo que parece inevitable. El tiempo lo dirá.

Ivansottoh@gmail.com

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