INGENIERÍA DEL SIGNIFICADO
Víctor Hernández Estrella
El 17 de noviembre de 1917 nació Pedro Infante; con efecto Pigmalión, su profecía melódica de autocumplimiento “y si vivo cien años, cien años pienso en ti” es un hecho; a más de un siglo de su nacimiento pensamos en él, lo mantenenos vivo en la memoria y los corazones del pueblo mexicano.
En la dialéctica de sus personajes, hay unidad y lucha de contrarios, ricos contra pobres, la lucha de clases tiene solución en el amor (el final de la trilogía iniciada en Nosotros los pobres es conocimiento es amor), en esa misma enseñanza, la transición de la cantidad a la cualidad, los ricos son capaces de renunciar a su dinero por al menos un poquito de cariño en una escena final; y la cumbre dialéctica, la doble negación en la que todos somos como Pedro Infante, pero nadie es como él y nadie será jamás como él; más allá, Pedro infante es la respuesta en persona de cómo debe ser un hombre mexicano extemporáneo; superando los estereotipos del antiguo machismo y aún el del feminismo contemporáneo; fortaleza, picardía, caballerosidad, romanticismo y autenticidad son cualidades que los hombres debemos preservar por siempre. En honor a Pedro.