Gerson Hernández Mecalco
No existen las guerras sucias en las campañas electorales; las estrategias de comunicación política consisten en contrastar a los rivales de sus candidatos. El publirrelacionista Edward Bernays decía que la campaña electoral no es más que una anécdota en el conjunto de la vida política. Entonces si el politólogo Norberto Bobbio hablaba de que en democracia existe el consenso y disenso; que son parte de la vida pública, ¿por qué a algunos de los candidatos a la presidencia no les gusta que critiquen sus propuestas?, ¿es ilegal atacar a los contrarios para resaltar nuestras virtudes?, ¿Acaso queremos observar spots donde “ya Chávez quién” hable bien de Meade o Anaya?, ¿Por qué creer que los mexicanos somos como los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial; tan idiotas de creer que sí es correcto pensar que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad” como decía Joseph Göbbels, Ministro de Propaganda de Adolfo Hitler?, ¿por qué le tienen tanto miedo a las fake news?, ¿cómo será la alianza entre más de 30 medios de información para evidenciar las historias falsas?; pero mejor vamos por partes:
¿Qué son las campañas sucias? Pensar que los electores pueden ser manipulados a través de mensajes de televisión, redes socio digitales y bardas es mostrar el desprecio por su inteligencia. ¿Por qué no se debe descalificar a un adversario utilizando sentimientos negativos?, ¿los candidatos no tendrían que criticar a sus adversarios? Los aburridos piensan que la calumnia y difamación deben estar prohibidas. ¿Pero en dónde está la capacidad de respuesta e inteligencia para darle la vuelta a las acusaciones?, ¿No les parece que quien aspire a ser Presidente tendría que tener la capacidad de respuesta con datos y fuentes; y la habilidad para ganar la narrativa electoral?
Fake News. El diccionario de la Universidad de Cambridge las define como las historias falsas que parecen ser noticias, difundidas en Internet o usando otros medios, generalmente creadas para influir en las opiniones políticas o como una broma. Existe preocupación sobre el poder de las noticias falsas para afectar los resultados electorales. Algunos estrategas critican el anonimato de los medios que los atacan, porque “no dan la cara”, no dicen quiénes son y en ese sentido piensan que no es honesto y que “no se vale”, sin embargo no se puede asegurar que las fake news propaladas desde el Kremlin o en las elecciones en Estados Unidos hayan sido definitorias para que se ganaran las elecciones. Diferentes teorías de las ciencias de la comunicación han concluido que los electores toman sus decisiones a través de diferentes fuentes de información y persuasión, como la familia, educación, amigos, los propios medios, la experiencia y el entorno de cada quien (dixit Raúl Trejo). Sin embargo debido a que las contiendas electorales son cada vez más reñidas, se sobredimensiona el efecto de las mentiras en los resultados.
Acuerdo de medios. En 2011 en el Museo Nacional de Antropología en la CDMX, más de 50 directivos de medios firmaron el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia, para no convertirse en voceros involuntarios de los criminales. En marzo de este año justo antes del inicio de las campañas, más de 30 medios firmarán un nuevo convenio para evidenciar las fake news. Tal vez tomen Manufactura del consenso de Noam Chomsky — antes de que enloqueciera y se convirtiera en el principal vocero de las teorías de la conspiración— para recordar algunos elementos básicos para atacar a las inocentes palomitas que se dejan engañar, sabiendo que no todos los días son 28 de diciembre como: revisar la fuente de la información, investigar quién es el dueño y qué intereses podría tener, de quiénes recibe publicidad; en otras palabras ¿qué cuenta de Twitter tiene más credibilidad @LaDamaDeLasCaguamas @JohnMAckerman o @INEMexico? la respuesta dependerá de la inteligencia del lector. #Jap
*Académico de la FCPyS—UNAM, IPN y consultor político @gersonmecalco