Javier Rodríguez Castro.
Hay fechas en los países que marcan la historia y en México el mes de octubre en 1968 se sigue recordando a pesar de que han transcurrido 50 años. En aquel entonces México vivía movimientos estudiantiles, sería sede de los Juegos Olímpicos y en Nayarit llegaría por primera vez la televisión. Aunque estos hechos son completamente diferentes, terminan por estar conectados por un mismo contexto, los movimientos sociales que se daban en la época en aquel momento en todo el mundo.
Los Juegos Olímpicos es una competencia que se designa con por lo menos 4 años de anticipación. México como un país en vías de desarrollo, mostraba un crecimiento en lo que se refiere a infraestructura por lo que esto motivó al presidente del país en turno, Adolfo López Mateos, a buscar la candidatura para los Juegos del 68. La competencia no sería fácil para México, las otras ciudades que buscaban ser sede eran; Lyon, Francia. Buenos Aires, Argentina. Detroit, Estados Unidos. Las dificultades que presentaba México para ser según el COI (Comité Olímpico Internacional) era la altura de la Ciudad de México, que según los expertos no era la adecuada para una competencia deportiva.
Para 1963 un contingente determinado por el presidente López Mateos, había hecho el trabajo para buscar la sede y en ese año viajaron a Alemania, donde se designaría lo que sería la sede del 68. El grupo estaba conformado de la siguiente manera, José de Jesús Clark Flores presidente, Marte R. Gómez vicepresidente, Alejandro Carrillo, Josué Sáenz, Federico Mariscal, Manuel Guzmán Willis y Eduardo Hay, Ellos fueron los responsables de que México obtuviera la sede de los Olímpicos del 68.
Con México como sede de los Juegos la orden fue clara por parte del presidente López Mateos, se tendría competir por lo que se deberían buscar a los mejores deportistas en todo el país, para que estuvieran preparados. En Nayarit esos juegos tuvieron grandes repercusiones y motivaron a jóvenes a prepararse para obtener un lugar en los Olímpicos que se efectuarían en territorio mexicano, entre esos deportistas estaban Blanca García quien practicaba voleibol y Melesio Piña en el atletismo.
El camino no sería sencillo y más en una entidad como Nayarit, donde las noticias no llegaban inmediatamente. Lo que no faltaban eran las ganas y el apoyo, por el entonces gobernador del estado, el Doctor Julián Gascón Mercado, que en todo momento sostuvo el apoyo para el deporte nayarita. En ese momento se organizó un evento masivo entorno al deporte para que Nayarit también viviera la fiesta del deporte.
Melesio Piña estuvo buscando dar marcas para poder competir en los Juegos Olímpicos. La preparación fue larga para el nayarita, quien dejó su estado para enfocarse en su preparación deportiva. El joven a la par realizaba su estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México. Después de obtener su boleto a los Olímpicos, el nayarita se enfocó en realizar su mejor competencia.
Para Melesio Piña los hechos del 2 octubre no pasaron desapercibidos, al ser estudiante y tener compañeros deportistas que eran militares, la situación no fue fácil. “lo que sucedió el 2 de octubre, nos conmovió a todos, una vez termina este triste momento, el orgullo de los mexicanos era salir adelante con los Juegos Olímpicos”.
El entorno entre los deportistas también era complicado, aunque al final ellos se dedicaron a competir en sus respectivas pruebas.
El día de la competencia fue un momento único para el nayarita, quien tenía diferentes sensaciones, “al momento de llegar al estadio, era un nudo de nervios. Al momento de estar en la pista de calentamiento, empecé a observar a los competidores, tratando de identificar que tenían de diferente a mí, me di cuenta que teníamos las mismas condiciones, dos piernas, dos brazos y la mente para pensar. En el momento que aparece el heat en el que toca participar y aparece tu nombre en el tablero electrónico, el estadio hace un alarido. Ese momento es inolvidable, una sola voz, es un estruendo, toda esa gente cree en mi. Tengo que hacer mi mejor esfuerzo, logré pasar mi eliminatoria, mejore mi marca. Al final me ubiqué en el lugar 25”.
Así como Melesio Piña dio su máximo esfuerzo en la competencia, lo mismo hizo la joven nayarita, Blanca García con el representativo nacional de voleibol de sala. Con cerca de 1.90 de estatura Blanca García, entrenaba en la capital nayarita con el teniente Javier Gutiérrez, quien con su formación militar impulso a García para que incrementará su nivel y pudiera formar parte del selectivo mexicano.
A través de las enseñanzas de los entrenadores, el rumano Gabriel Cherevetiu, el polaco Stanislaw Poburka y el coreano Park Ji Kuk amalgamaron a un equipo que llegó a ser número uno de América y uno de los mejores del orbe.
A lo largo de 30 años de seleccionada nacional, Blanca García formó parte de las dos únicas selecciones que marcaron un hito en el deporte de nuestro país: la conformada para los Juegos Olímpicos de México 1968 y la del Campeonato Mundial de Guadalajara, Jalisco, en 1974.
La adolescente que se distinguió por su carácter indomable, desde que salió de su natal Tepic, Nayarit, luego internada en una escuela de monjas en Guadalajara, el voleibol le abrió un nuevo horizonte, le cambió la vid
La participación mexicana en los Juegos no fue de lo mejor, pero dentro del equipo sobresalió la joven nayarita. se terminó en séptima posición de ocho equipos, con derrotas en sets corridos ante Japón, Checoeslovaquia, Corea del Sur y la Unión Soviética, además de alargar a cinco sets los duelos ante Polonia y Perú. La diferencia fue una histórica victoria en tres sets sobre Estados Unidos, el 26 de octubre.
La nayarita resaltó el trabajo y dedicación que la llevó a la justa olímpica, “es un esfuerzo enorme de varios años, que ves reflejados al momento de estar dentro de la cancha y ver las banderas mexicanas ondear”.
Blanca García es considerada por la Federación Internacional de Voleibol, como una de las 10 mejores jugadoras del Siglo XX. Entre sus logros más importantes se encuentra el Premio como mejor deportista del Siglo XX, reconocimiento que se le otorgó en el año 2000. Blanca García estuvo en el mejor equipo mexicano de voleibol de la historia y es considerada la mejor voleibolista de México.
La afición nayarita pudo observar estas hazañas y los Olímpicos, gracias a que para la justa deportiva llegó la televisión a Nayarit, para que la gente pudiera disfrutar del evento más importante en ese momento. El olimpismo mexicano y la televisión nayarita están de fiesta, llegando a medio siglo de estos acontecimientos.
Ambos deportistas son orgullo de Nayarit y han sido inmortalizados en el Salón de la Fama del Deporte Nayarita. Es para destacar la gran labor que hicieron para poder estar presentes en uno de los eventos más importantes que México ha organizado en la historia. Además que son precursores del olimpismo en nayaritas y fueron los antecesores para que nuevas generaciones de deportistas nayaritas, siguieran destacando y llegaran a la máxima justa.
Lo que hicieron es un legado para el deporte nayarita, fueron y son embajadores del deporte de Nayarit y este es un pequeño reconocimiento, por esa trayectoria intachable y poner en alto el nombre de Nayarit y México. Las nuevas generaciones deben conocer el pasado, para saber donde están y reconocer hacia donde van.