Javier Macías
El miedo se ha apoderado de la población. Muchos ya no quieren salir a la calle, llevar objetos de valor, dinero o tarjetas de débito y de crédito, por temor a ser víctimas de la delincuencia.
Incluso quedarse en casa, tampoco es garantía de que se estará a salvo de los delincuentes. El hogar era el sitio más seguro. Y ahora ni con alarmas, protecciones y demás mecanismos, se tiene la certeza de estar seguro.
En diciembre, era tradición de las familias, de estar felices por las fiestas de fin de año y, sobre todo, por recibir el aguinaldo. No obstante, cada vez un mayor número de ciudadanos percibe que su ciudad es insegura.
Las diversas corporaciones policiacas consideran que se trata sólo de la percepción ciudadana. Sin embargo, los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a través de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública (ENVIPE) 2017, se ve que no sólo es una percepción, sino hechos reales y concretos.
La ENVIPE estima que, durante 2016, se generaron 31.1 millones de delitos asociados a 24.2 millones de víctimas. El costo total a consecuencia de la inseguridad y el delito en hogares representó un monto de 229.1 mil millones de pesos, es decir, 1.1% del PIB. Lo que equivale a 5 mil 647 pesos por persona afectada por la inseguridad y el delito.
Las medidas preventivas representaron un gasto estimado para los hogares que asciende a 82 mil millones de pesos, mientras que las pérdidas por victimización representaron los 147.1 mil millones de pesos restantes. A partir de lo anterior, las víctimas de robo total de vehículo tuvieron una pérdida promedio de 27 mil 463 pesos; mientras que las personas que sufrieron extorsión perdieron mil 104 pesos en promedio.
El propósito de la encuesta es generar información, a nivel nacional, por entidad federativa y áreas metropolitanas de interés, a fin de que las autoridades tomen decisiones de políticas públicas en estas materias. Pasan los días, semanas y meses, y las acciones policiacas no llegan; por el contrario, los delincuentes buscan y encuentran otras formas para cometer sus fechorías.
Cada vez más, la población ha sido víctima de la delincuencia o por lo menos de una persona cercana a su entorno. Por ello, el 62.5% de la población de 18 años o más, residente en las ciudades, modificó sus hábitos respeto de llevar cosas de valor por temor a sufrir algún delito. El 54.3% reconoció que cambió sus hábitos, respecto a permitir que sus hijos menores salgan de su vivienda.
¿Y qué han hecho las autoridades o qué van a hacer este diciembre?