Rubén Aguilar Valenzuela
El general y doctor Carlos Demetrio Gaytán Ochoa (Ciudad de México, 1949), me dice, en esta conversación, que cada nación tiene su propia versión de qué es Seguridad nacional, en razón de sus objetivos como nación y expresión de su contrato social vigente.
Y sostiene que los objetivos de los países hegemónicos no sólo son distintos, sino que también pueden ser contrapuestos a los que sostienen los países emergentes. “De ahí la necesidad de armonizarlos, respetando particularidades, en búsqueda de una convivencia equilibrada, o por lo menos no violenta en el mundo”.
“Los países hegemónicos, consideran como objetivos nacionales, incrementar su poder nacional para mantener dicha preponderancia y fortalecer e incrementar su dominio territorial (…) en tanto que los emergentes o subdesarrollados, reinen como objetivos nacionales prioritarios, entre otros: mantener su independencia, garantizar su soberanía y conservar su integridad territorial”, afirma Gaytán Ochoa.
Es una realidad, que “el concepto de Seguridad nacional no se encuentra unificado entre los diferentes países o Estados nación, por diferencias sustantivas en la concepción de sus objetivos nacionales”. Para el caso de México, señala el general y doctor, en el Artículo 3 de la Ley de Seguridad Nacional se plantea: “(…) por Seguridad nacional se entienden las acciones destinadas de manera inmediata y directa de mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicanismo (…)”.
Para Gaytán Ochoa de la formulación de esta definición se puede entender que “la seguridad nacional es un medio para alcanzar fines diversos, y no el fin último, consecuencia de dichas acciones” y por lo mismo “es fundamental considerar a la Seguridad nacional como un fin supremo y no como un medio. Se refiere a un estado de gracia en el que la seguridad y el desarrollo son reales y sustentables”.
Y abunda en las diferencias que existen en los casos de México y Estados Unidos de América que “son claros ejemplos de la existencia de conceptos no solo diferentes, sino opuestos, en cuanto a Seguridad nacional. Ello se refleja en sus políticas de defensa, de Seguridad interior y de Seguridad pública”.
Añade que “es grave, si consideramos la vecindad inmediata, una muy extensa y porosa frontera, así como la gama de problemas compartidos por dicha fatal situación. Digo fatal en el sentido de que no podemos modificarla. A decir, no podemos mudarnos a otro vecindario. Tampoco ellos. Luego, entonces, es indispensable reducir nuestras diferencias y armonizar nuestra concepción sobre el multicitado concepto”.
Para quien fuera subsecretario de la Secretaría de la Defensa (2006-2008) es una prioridad nacional y de nuestra política exterior llegar a un acuerdo con Estados Unidos sobre cómo entender el concepto de Seguridad nacional o por lo menos que cada país conozca muy bien cuál es el concepto de Seguridad nacional del otro.
En su versión, algunas diferencias y tensiones entre los dos países, en el amplio campo de la seguridad, tienen su origen precisamente en la existencia de dos concepciones claramente distintas. Cada uno analiza la situación desde su propio concepto sin tomar en cuenta el del otro.