Luis Guillermo Hernández Aranda
“No imaginábamos lo que iban a lograr y la hermosa música que iban a tocar. Mi niño era muy tímido, ahora se relaciona sin dificultad con los demás. Sueña con ser músico, tal vez no sea un gran músico pero si será una gran persona”, es el testimonio de la señora Candelaria López, madre de dos niños de la colonia Santiago Ramírez para quienes en el pasado inmediato su única opción de vida era imitar la violencia que había a su alrededor y hoy gracias a la música, su realidad es otra.
Torreón vivió del 2007 al 2012 una pesadilla por culpa de la violencia. En ese periodo la paz y la tranquilidad fueron palabras que dejaron de usarse para ser desplazadas por miedo, “levantados”, balaceras y asesinatos. El lenguaje narco se apoderó de nuestra realidad y cada año se incrementaba de manera alarmante el número de homicidios dolosos.
La colonia Santiago Ramírez, junto con otras colonias al sur de Torreón, eran consideradas como los polígonos de mayor violencia. Tal vez sólo superada por el poniente de la ciudad. Sin embargo, aquí también las balaceras, las historias de ajustes de cuentas y la venta de drogas en las calles eran parte de la cotidianeidad.
Los niños aquí vivían en un entorno de violencia, no sólo como consecuencia del crimen organizado, sino también en sus casas, lo que sin duda los tenía afectados emocionalmente de ahí que presentaran trastornos de alimentación, baja autoestima, tendencia a cortarse su cuerpo.
Esta realidad cambió con el proyecto de la Casa de Música dirigida por Joel de Santiago, quien acompañado de un grupo de maestros profesionales no se limitaron a enseñar a tocar instrumentos sino por el contrario crearon un proyecto integral con la ayuda de psicólogos, nutriólogos pero sobre todo involucraron a los padres de familia creando una gran comunidad.
De esta forma la Casa de la Música en la colonia Santiago Ramírez inició en 2014 como un proyecto dentro del programa del Gobierno Federal de Prevención al Delito. Durante el primer año la inversión fue de 1 millón de pesos mientras en el 2015 el monto destinado a este proyecto fue de 1.2 millones de pesos.
El proyecto ha beneficiado a 10 colonias del Sur de Torreón que vivieron los embates de la inseguridad. La Casa de Música cambió la realidad que se vivía en las colonias Ampliación Lázaro Cárdenas, Braulio Fernández Aguirre, Las Luisas, Fuentes del Sur, Mieleras entre otras.
El proyecto inició prácticamente sin instrumentos, ya que estos llegaron hasta febrero de 2015, sin embargo, en julio de ese año los niños ya estaban tocando de memoria en el escenario de Bellas Artes.
A mediados de 2016 el gobierno federal dejó de destinar apoyos a los proyectos de prevención del delito en todo el país. Sin embargo, el entonces alcalde de Torreón, Miguel Riquelme, le dijo al director de la orquesta Joel de Santiago que el proyecto debía seguir por lo que sometió a votación a Cabildo que el Municipio absorbiera la nómina de los maestros lo cual fue aprobado y así el proyecto continuó hasta diciembre de 2017 cuando se dio el cambio de administración.
Hoy el proyecto de la Casa de Música está a punto de desaparecer por la falta de apoyo del gobierno que encabeza Jorge Zermeño. Y es que el Director de Cultura, Elías Agüero Díaz Durán, le dijo a Joel de Santiago que no tiene los recursos para seguir apoyando a la orquesta a pesar de que ejercerá un presupuesto de 35 millones de pesos. La nómina de la Casa de Música asciende a 120 mil pesos mensuales pero, de acuerdo al director de cultura, no hay dinero.
En este escenario vale la pena preguntarse ¿qué sale más caro?, ¿destinar 120 mil pesos mensuales a este proyecto cuyos resultados están por demás comprobados o quitar la posibilidad a los niños de vivir en un entorno de arte, cultura, que los aleje de los vicios y del crimen? ¿Por qué no seguir apostando por rescatar el tejido social? El problema se agrava porque a más de 30 días de haber iniciado su gestión el director de cultura no ha presentado su proyecto.
De esta forma la orquesta integrada por 55 instrumentos de vientos, percusiones, 24 instrumentos de cuerda y un coro de 60 voces, está en peligro. El año pasado tuve la oportunidad de hacer un reportaje de esta Casa de Música, aquí comparto la liga por si usted amable lector quiere ver el video y conocer a fondo este proyecto http://luisguillermodigital.com/la-musica-cambia-vidas/.
El tenor y embajador de la UNESCO, Juan Diego Flórez, ha dicho en diferentes foros “Un niño con un instrumento en la mano no es más un niño pobre; la música salva, ennoblece y enriquece y, al alcanzar el alma de cientos de niños y niñas, especialmente los más pobres, puede ir haciendo una sociedad mejor”. Premisa que por desgracia ignora el Director de Cultura de Torreón.
@lharanda
