Rafael G. Vargas Pasaye
Entre el torbellino de noticias que diario nos llegan por diversos canales hubo una que robó mi atención porque es un tema que comparto, el título la describía claramente: “Con tristeza comento que la buena música se acabó, no existe”, la declaración pertenece al famoso músico “Chamín” Correa.
El fundador del trío Los Tres Caballeros comentó: “Escucho ritmos, como el reguetón, que no nos dicen nada; no me llaman la atención el ritmo ni la letra; no entiendo por qué se hizo famoso a escala mundial, incluso acabó con el rock”.
No sé si acabó con el rock, creo que el rock es mucho más grande no nada más que el reguetón sino de otros géneros musicales. Pero en lo que el famoso requinto sí tiene razón es que la música de antes tenía otros elementos que puestos en la balanza con los de ahora hacen que tenga mayor riqueza, formal, instrumental, vocal, de letra.
Luis Miguel y Cristian Castro son para él las ultimas grandes figuras de la música mexicana. Claro que lo dice y recordamos cuando se codeaba con Juan Gabriel, José José, Víctor Iturbe “El Pirulí”, Óscar Chávez, Flor Silvestre, Lucho Gatica, Vicente Fernández y Rocío Dúrcal.
Hizo memoria para narrar cómo con la famosa melodía “Amor eterno” la gente llegaba a las lágrimas, “porque sentía el dolor en una canción, lo cual no pasa ahora. Lo cierto es que esa letra se la compuso a un lanchero de Acapulco, quien luego de tomar cerveza se ahogó; pero ese mensaje, en realidad, no era para su mamá como muchos piensan”, desvela para la conciencia colectiva.
Esto viene a colación porque en pocos días serán entregados los Premios Grammy Latinos, y fue noticia que un grupo de intérpretes de reguetón (es un decir), intentaron armar un boicot en su contra porque no fueron nominados en tantos espacios como esperaban, cosa que sí ocurrió en ediciones anteriores.
Los títulos, trofeos (o antes discos de oro, platino y demás) son un referente importante para los integrantes de la familia musical, hoy quizá las condiciones y la tecnología han hecho que el acceso a la música sea mucho más fácil, ya no tenemos que estar pegados a una bocina esperando que la estación de moda ponga la canción que queremos (y rogando para que el locutor no hablara ni que la estación metiera su cintillo promocional) para hacernos de esa pieza y poderla reproducir cuando quisiéramos.
Hoy basta con escribir su nombre en una plataforma digital para escucharla, hace poco el escritor Javier Marías decía que, después de sufrir un apagón eléctrico y varios de sus enceres habían sufrido desperfectos, el que más extrañaba era el estéreo porque no concebía la vida sin música, y reflexionó cómo anteriormente solo podíamos acceder a ella o con el intérprete en vivo o tarareándola en la cabeza.
No sé si cada época tenga la música que se merece, pero actualmente el acceso a los sonidos de todo el orbe hace que por momentos también sea deseable un poco de silencio; y creo que eso también dijo Chamín Correa en su entrevista o debió decirlo. Así como también que cada quienes libre de escuchar lo que desea.
@rvargaspasaye