Rafael G. Vargas Pasaye
El 3 de junio de 2024 en entrevistas para medios nacionales José Carlos Campos, director de la empresa encuestadora Massive Caller, admitió que se equivocaron en sus proyecciones en la elección presidencial pues daban como empate a Claudia Sheinbaum de la alianza encabezada por Morena y a Xóchitl Gálvez de la coalición Fuerza y Corazón por México. Todos conocemos el resultado y la abultada diferencia.
Dijo incluso el señor Campos que tendrían que aprender de ello, sin embargo seis años antes, en la elección presidencial del 2012 dijo que estaba muy cerrada la contienda entre AMLO y Ricardo Anaya, que éste estaba a 5 puntos del tabasqueño; en ese momento también se había equivocado, y parece que no aprendió pues seis años después siguió cometiendo errores… o aprendiendo como dice él.
No cabe duda de que Massive Caller es una de las empresas más conocidas en el gremio, su modelo de negocio le facilita ello, es más cercano a la propaganda que a la medición de opinión pública y eso es válido, siempre y cuando el cliente lo comprenda así. No por nada en sus gráficas de pronto aparecen personajes que nadie ubica, salvo quienes reciben las facturas para el cobro de sus servicios.
La fórmula, no está de más señalarlo, seguramente en diversos lugares sí les funciona, pues es natural que un o una aspirante que siga una estrategia con objetivos claros, genere las condiciones para mantenerse activa entre la gente, construya una estructura que sostenga el movimiento y además cuente con esa pizca que hace falta para llegar a la aceptación, aparezca en los primeros lugares sea o no cliente de la casa encuestadora mencionada.
Justo y necesario es repetir lo dicho por tantos que se dedican a la medición de opinión pública. Que lo medido en un momento particular es justo eso, la medición del sentir de ese instante, en la comodidad de la casa del encuestado y no en la urna, en la intimidad de su teléfono y no en la casilla de votación, en la confianza con los suyos y no entre vecinos o desconocidos.
Las condiciones y por lo tanto las cifras pueden modificarse con el paso de los días, resultaría incluso anormal que no fuera así, pero dista mucho un ejercicio demoscópico para la toma de decisiones que otro que sea puro acto propagandístico o publicitario.
Si el cliente, aspirante y equipo, tienen claro eso, lo demás viene sobrando. Pero que nadie se diga engañado cuando se contraste con el resultado final. Y sí, lo digo por la medición que circuló hace poco en Nayarit. Quizá algunos sigan aprendiendo… lo básico.
@rvargaspasaye
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