Redacción Sentido Común
El Comité Olímpico Internacional (COI) enfrenta su crisis de candidaturas más grave en décadas mientras las ciudades abandonan en masa los intentos por albergar los Juegos de Invierno 2026, para el cual quedan solo dos postulantes.
El martes, la ciudad canadiense de Calgary se convirtió en la última en abandonar su candidatura para ser sede de los Juegos 2026, luego de que más de 56 por ciento de los ciudadanos votaron en contra del proyecto en un plebiscito porque no estaban convencidos de que los beneficios del evento merecieran una inversión de miles de millones de dólares.
De una lista original de siete ciudades candidatas, solo quedan Estocolmo y una propuesta italiana, aunque ambas luchan para conseguir apoyo local y gubernamental.
Calgary, sede de los Juegos de Invierno en 1988, se convirtió en la cuarta ciudad en abandonar la carrera en la mitad del proceso, después de la austriaca Graz, la japonesa Sapporo y la suiza Sion. La ciudad turca de Erzurum fue eliminada del proceso por el COI el mes pasado.
Las dos candidaturas restantes son Estocolmo, que se retiró del proceso para ser sede de los Juegos de Invierno en 2022 por el costo del evento, y la frágil propuesta italiana combinada de Milán y Cortina D’Ampezzo.
La candidatura italiana, que en un momento incluyó a Torino antes de que la ciudad se retirara por desacuerdos con las otras dos urbes, está lejos de garantizar el apoyo político necesario en medio de los problemas financieros del país.
Estocolmo, por su parte, enfrenta la oposición de un nuevo gobierno de la ciudad, que anunció el mes pasado que rechazará cualquier candidatura que incluya fondos de los contribuyentes.
Toda esta situación deja al COI, que elegirá la propuesta ganadora en 2019, buscando entender qué ha salido mal después de las reformas realizadas en los últimos años para hacer que el proceso de licitación y la organización de los Juegos sean más baratos y sencillos.
Lo cierto es que el organismo no ha logrado atraer nuevas ciudades para albergar el evento, acumulando presión sobre el COI y su presidente Thomas Bach.
“No hay un plan B”, dijo Bach el mes pasado cuando se le preguntó qué pasaría si Calgary se retiraba y si el COI consideraba la posibilidad de que otras ciudades entren al proceso. Salt Lake City, anfitriona de los Juegos en 2002, a menudo es mencionada como una posible solución rápida para ser sede en 2026.
Argentina también podría presentar una candidatura que incluiría a las ciudades de Buenos Aires y Ushuaia, dijo el mes pasado el comité olímpico local.
Si bien el COI ha minimizado los retiros de las candidaturas, culpando al clima político que se vive en algunos países o a la “información desactualizada” sobre el costo de los Juegos, existe preocupación entre algunas de las federaciones internacionales de deportes de invierno.
“Naturalmente estamos preocupados”, dijo a Reuters un funcionario de deportes de invierno que habló bajo condición de anonimato. “En el caso de Calgary nos preocupa también el porcentaje de rechazo por parte de la gente (…) Tenemos que encontrar soluciones, pero también debemos ser honestos acerca de las causas”.
Este no es el primer proceso de licitación marcado por el retiro de algunas ciudades. Solo dos de las seis candidaturas originales llegaron en 2015 a la votación de los Juegos de Invierno de 2022, la cual fue ganada por Pekín.
Algunos incluso apuntan con el dedo a los Juegos de Sochi 2014 y su sorprendente costo de 51 mil millones de dólares como la gran razón de la falta de interés de las ciudades por recibir el evento