Redacción Sentido Común
El 13 de septiembre se celebra el Día Internacional del Chocolate, y México es un país fundamental para el producto. Cuando transformaron la semilla de cacao (Theobroma cacao) en chocólatl, o chocolate, los pueblos prehispánicos de México le dieron a esta planta un valor extraordinario al elaborar un producto de exquisito aroma, sabor y propiedades nutricionales, alimenticias, cosméticas y medicinales, que ha sido y sigue siendo disfrutado por ricos y pobres en todo el mundo.
Si bien las investigaciones científicas sitúan el origen silvestre de este pequeño árbol en la cuenca del Amazonas, no fue en esa región donde se le dio el valor agregado que hoy conocemos del “alimento de los dioses”, sino en nuestro país donde hasta la fecha las comunidades indígenas de Chiapas y Tabasco cultivan el cacaotero, de acuerdo a un comunicado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
El árbol de cacao: kakawa, en voz mixe-zoque de los antiguos olmecas, o kaj (amargo) y kab (jugo) en idioma maya, con el paso del tiempo se convirtió en cacáhuatl, sin conocerse aún con exactitud cómo y cuándo la planta llegó a nuestras tierras, si por polinizadores o introducida ya como planta.
Del volumen nacional, Tabasco produce el 67% y Chiapas el 31%. Y otras entidades como Oaxaca, Guerrero y Veracruz lo cultivan en baja escala.