Redacción Sentido Común
Francia se ha convertiò este lunes en el primer país del mundo que introduce en su Constitución el derecho al aborto. Reunidos en Congreso nacional, en el Palacio de Versalles, el 80% de los 780 diputados y senadores, de todas las familias políticas, votaron a favor.
A los pocos minutos de conocerse el resultado, la Torre Eiffel, uno de los símbolos nacionales, comenzó a iluminarse con reflejos especiales para «anunciar» el voto, ante una multitud que celebraba festivamente el acontecimiento.
El voto del Congreso estuvo precedido por un nuevo debate, que inició Gabriel Attal, primer ministro, con estas palabras: “Iniciamos una etapa fundamental que será una página histórica. Una etapa que tiene una historia y antecedentes, que comenzaron con Valery Giscard d’Estaing y Simone Veil. Francia dirige un mensaje a todas las mujeres: vuestro cuerpo os pertenece y nadie tiene el derecho a decidir por vosotras. Más allá de nuestras fronteras, comienza una nueva era de esperanza”.
A los pocos minutos de conocerse el resultado, la Torre Eiffel, uno de los símbolos nacionales, comenzó a iluminarse con reflejos especiales para «anunciar» el voto, ante una multitud que celebraba festivamente el acontecimiento.
En nombre de Renacimiento, el partido de Emmanuel Macron, el diputado Sylvain Maillard declaró: «A través de esta reforma constitucional, Francia confirma su vocación universal».
Tras el histórico voto del Congreso de la Nación, seguirá un procedimiento administrativo rápido, para introducir en los textos institucionales el nuevo derecho de las mujeres francesas.
Este lunes, El Vaticano no ha escondido su amargura por la inclusión en la Constitución francesa de «la libertad garantizada a las mujeres de interrumpir el embarazo».
La Pontificia Academia por la Vida ha recordado que «en la era de los derechos humanos universales, no puede existir el ‘derecho’ a quitar una vida humana». Además, el organismo de la Santa Sede presidido por el arzobispo Vincenzo Paglia ha solicitado que las decisiones jurídicas apunten sobre todo «a la protección de los más débiles y vulnerables», y que «la protección de la vida sea una prioridad absoluta».
