Adrenalina Deportiva
Javier Rodríguez Castro
Resulta imposible concebir el mundo sin mujeres, en el deporte se han ganado un lugar a base de esfuerzo y dedicación. La labor para una mujer deportista termina por ser titánica. Muchas veces alejada de alguna actividad deportiva, por los mitos o tabúes que la harán parecer hombre. En otras ocasiones, el machismo es el que termina por impedir que una mujer se desarrolle en una disciplina deportiva. Cuando una mujer está en su apogeo o en su plenitud deportiva, en ocasiones tiene que decidir, sobre realizar una vida familiar o continuar con su carrera deportiva. Son tantos los dilemas que tiene la mujer que realiza un deporte que el mérito es doble, para quienes compiten y lo dejan todo en su deporte.
En ocasiones los primeros impedimentos vienen desde casa, con un entorno familiar tradicional, donde resaltan que la mujer no debe practicar deportes de hombres, cuando realmente ningún deporte es exclusivo para los varones. La actividad deportiva es libre, este no reconoce género, ni mucho menos, pero son las costumbres y tradiciones las que impiden un desarrollo deportivo. La niña debe hacer lo que le gusta a escondidas, para evitar conflictos en casa. Así como lo lee en pleno 2019 siguen esas costumbres en algunos hogares de nuestro país.
Muchas mujeres han buscado abrirse camino en el mundo del deporte, siempre encontrándose dificultades por ser mujer. En ocasiones el apoyo suele ser mayor para los varones que para las damas que al final entregan mejores resultados que los hombres. Lo que debería de existir es una equidad para que se desempeñen de la misma manera. Nunca ha sido similar el sueldo de la mejor deportista mejor pagada en el mundo, que el del mejor deportista, existe una disparidad, los patrocinios nunca han sido iguales. Es ahí cuando nos damos cuenta que las cosas no están bien.
Una mujer debe poner un alto a su carrera deportiva cuando busca formar una familia, un hombre sigue su camino y se sigue desarrollando profesionalmente. Cuando un hombre tiene un hijo este sigue compitiendo, en cambio las mujeres, en algunas ocasiones tienen que dejar su deporte. Algunos ejemplos como el de Lorena Ochoa el más recordado. Igual existen las contrapartes que demuestran lo contrario como Paola Espinosa, la clavadista mexicana después de tener a su hijo decidió regresar a los trampolines y plataformas para hacer lo que le gusta. Lo mismo hizo la tenista Serena Williams que jugó embarazada y después de tener a su hijo regresó para ganar un grand slam.
Hoy las mujeres con su esfuerzo se han abierto nuevos caminos en el deporte, podemos ver jueves en deportes masculinos, algo impensable hace algunos años. El deporte evoluciona y la sociedad poco a poco sigue ese ritmo, donde a la mujer no se le cuestione por la actividad que realice. Al final la calidad no tiene nada que ver con el género.
Por lo pronto esperamos el día en que una mujer pueda ganar esos salarios de millones de dólares que ganan los hombres. Al final soñar no cuesta, el trabajo y el esfuerzo están de sobra con las mujeres que día a día lo demuestran en su actividad.
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