Francisco Javier Nieves Aguilar
Corriendo, con sus corazones agitados y con un presentimiento que calaba hondo en sus cerebros, los hermanos de “Güicho” arribaron a la clínica del ISSSTE, en Tepic. Era casi la medianoche cuando recibieron la infausta noticia. Luis Emilio había fallecido.
No pudieron evitar el llanto. Temblorosos, todos se abrazaron y se preguntaban el por qué el destino los mantenía contra la pared. Primero su padre –allá en el 2014; luego Carlos, quien murió 10 meses después, ¡Y ahora Güicho!; Qué dolor tan grande el haber perdido ahora al menor de los hermanos varones, al cuarto de los hijos que procrearon don Enrique González y doña Bertha Macías.
Luis Emilio González Macías había librado muchas batallas contra la muerte; pero esta vez sucumbió. Fueron poco más de 48 horas que luchó con denuedo; pero minutos antes de las 11 de la noche de este martes finalizó su carrera en el mundo terrenal.
Güicho ya se encuentra ahora al lado de su padre Enrique y de su hermano Carlos; pero deja a su madre Bertha sumida en un profundo dolor, al igual que sus hermanos, Héctor –mejor conocido como Chito-, Silvia, Gorety, Blanca y Emilia.
No es difícil imaginar el desconsuelo que a todos los aflige; y no solo a ellos, sino a también a sus tíos, primos, sobrinos y demás familiares, incluyendo por supuesto a Frank y a Alfred, sus hijos de crianza, a quienes educó y los formó tratando de guiarlos en el camino de la vida.
Los desajustes que el domingo por la tarde sufrió en su presión arterial y niveles de glucosa, fueron irreversibles; pero también fue presa de los ganglios. Todo eso le ocasionó a su vez una insuficiencia respiratoria aguda. Uno de sus pulmones resultó dañado, complicándole su existencia. Al final, no pudo resistir y cayó rendido poniéndose en manos del Señor.
Güicho cumpliría en octubre próximo los 40 años de edad; pero desde adolescente mostró inclinación por los temas espirituales, al grado de convertirse en catequista de la iglesia católica.
Conforme fue creciendo se dio cuenta de las injusticias y desigualdades sociales. Por eso es que levantó la voz cuántas veces quiso para denunciar esto, aquello y lo otro; y fue de esa forma como llegó a fungir como dirigente del entonces llamado Frente Juvenil Revolucionario, en Ahuacatlán.
Su estilo abierto, franco, sencillo y hasta chirigotero lo llevaron a ocupar la presidencia del Comité Directivo Municipal del PRI, para luego ser elegido diputado de la Trigésima Legislatura en Nayarit e igualmente estuvo a punto de ganar las elecciones para presidente municipal.
Últimamente prestó sus servicios al sector salud y fue un hombre que figuró siempre en la escena pública, como político de ideas vanguardistas y con discursos que calaban y llegaban hondo a los oyentes.
Su generosidad y capacidad de gestión quedarán también para la historia. Fueron cientos –o quizás miles de personas- a las que les tendió la mano. Su último cargo fue como delegado estatal del Sindicato de Trabajadores del Sistema Nacional de Salud.
Su cuerpo sería trasladado esta mañana de miércoles a Ahuacatlán. Será velado en su domicilio de la colonia Demetro Vallejo a partir de las 8 de la noche; pero su fallecimiento mantiene impactados a todos los ahuacatlenses y a sus múltiples amigos que radican en diferentes partes del estado. DESCANSE EN PAZ.