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EVOLUCIÓN DE LA POBREZA 2018-2020

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Dr. Abel Ortiz

De acuerdo al Informe de Pobreza 2020 del CONEVAL viven en México 55.7 millones de personas en condición de pobreza y 10.8 millones en “pobreza extrema”. Sin duda un número impresionante en una tendencia ascendente como resultado del cierre de empresas y desempleo originado por la pandemia del COVID-19 ante la falta de un programa de apoyo integral gubernamental destinado a la clase productiva del país, y a pesar de las crecientes transferencias de remesas de migrantes y diversos programas sociales que ayudaron marginalmente al bienestar de las familias en este complicado entorno, según lo afirma la columnista Verónica Malo Guzmán. En esta numeralia, el mayor cambio a nivel nacional se registra en la carencia por servicios de salud, justamente en un escenario de insalubridad. Al respecto, no hay otra receta para terminar con la pobreza que el crecimiento económico basado en cuatro pilares fundamentales: Educación, Inversión, Empleo e Instituciones Sólidas, según la convicción del analista y consultor económico argentino Manuel Adorni. Se requiere primero garantizar la salud de la clase trabajadora y sus familias. Invertir y dar certeza jurídica a la inversión privada para activar el crecimiento económico, e incentivar los beneficios e incentivos para poder ir a trabajar, como son las guarderías para los hijos de las madres trabajadoras, para luego redistribuir la riqueza entre los menos beneficiados las imperfecciones del modelo económico.

Seis carencias sociales determinan el estatus social de las personas: 1.-Rezago educativo; 2.- Acceso a servicios de salud; 3.- Acceso a Seguridad Social; 4.- Calidad y espacios de la vivienda; 5.- Servicios básicos en la vivienda y 6.- Acceso a la alimentación. En este contexto, el CONEVAL estima que una persona vive en condición de pobreza cuando tiene al menos una de estas 6 carencias, mientras que cuando tiene tres o más carencias y además se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo, se clasifica como pobreza extrema. En contraposición, la población que percibe un ingreso superior a la línea de bienestar y no tiene ninguna de las carencias antes señaladas se dice que no es pobre ni vulnerable. En este contexto, el Informe de la Medición de la Pobreza 2020 del CONEVAL dado a conocer el día de ayer, nos revela que entre el 2018 y el 2020 el porcentaje de personas que vive en condición de pobreza en nuestro país paso de 41.9% a 43.9%; mientras que los que viven en pobreza extrema subieron del 7.0% al 8.5%. Por su parte, el porcentaje de los habitantes que no se considera pobre ni vulnerable disminuyó ligeramente de un 23.7% a un 23.5%. En este escenario, se concluye que el 52.8% de los mexicanos percibe un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos, en tanto que la carencia social que resintió un incremento muy representativo de doce puntos porcentuales, fue el de acceso a los servicios de salud al pasar de 16.2% a 28.2%.

Nayarit por su parte, al bajar en 5.3 porcentuales sus niveles de pobreza acredita el primer lugar nacional en reducción de la pobreza, y segundo lugar en reducción de la pobreza extrema con una disminución de 1.8 puntos porcentuales, siguiendo la tendencia registrada en el bienio 2016-2018. Mientras que la población considerada como “No pobre y no vulnerable” se incrementó ligeramente en 0.6 puntos porcentuales. Con estos números tenemos que el inventario de carencias sociales que recibe el nuevo gobierno que inicia su periodo constitucional a partir del 19 de septiembre asciende a: 329,600 personas en situación de pobreza; 47 mil en condición de pobreza extrema y solo 336,400 (28.3%) del millón 235 mil 456 habitantes que arrojó el Censo de Población y Vivienda 2020 se consideran no pobres y no vulnerables. Por lo que corresponde a los habitantes que registran carencias sociales tenemos que 594,100 no tienen acceso a la seguridad social (48.08% de la población) seguido de 464 mil que tienen un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos (37.55%); mientras que 306,300 carecen de acceso a los servicios de salud (24.79%), otros 253,100 no tienen acceso a alimentación nutritiva y de calidad (20.48%) y 226,200 habitantes reportan rezago educativo 18.30% entre las carencias más representativas. (una persona puede una o todas las carencias). Este escenario impone la necesidad de una política social focalizada a mitigar estas carencias, en donde la generación de empleo formal coadyuvaría a garantizar en automático, la cobertura de por lo menos cuatro de las mencionadas.

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