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EL SÍNDROME DE ESTOCOLMO

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Rafael G. Vargas Pasaye

 

En términos de comunicación política de gobierno, en ocasiones es necesario generar la necesidad para posteriormente llegar con la solución. Y pareciera que en días recientes esa fórmula fue seguida por el gobierno federal en el caso del Instituto Mexicano de la Radio (IMER).

 

La llamada de atención vino sobre todo en redes sociales de parte de los mismos trabajadores y colaboradores del IMER, quienes incluso generaron el hashtag #IMER_SOS, anunciando el cambio de programación de varias estaciones, así como el despido de 200 trabajadores.

 

Cabe recordar que el IMER es una dependencia federal, y como tal, el recorte solamente podría venir del mismo presupuesto federal, lo cual de entrada resulta curioso, pues cuando se aprueba el presupuesto anual, se contempla para todo el año. Sin embargo, al parecer, los estilos cambian.

 

La voz oficial o institucional vino del Presidente del Sistema Público de Radiodifusión, Jenaro Villamil: quien en un intento no queda claro si de lavarse las manos, culpar al pasado, o no formar parte de la solución, compartió en redes que: “Ninguna estación del @imerhoy morirá. Es una crisis que debemos resolver pronto”.

 

Pero todo se estaba maquillando para que quien generó el problema también diera la solución, o al menos eso pensaron, y fue que días después el gobierno federal anunció que la Secretaría de Educación Pública garantiza “la suficiencia presupuestaria por 19.3 MDP para la contratación de colaboradores y para la operación de todas las estaciones del IMER”.

 

Lo resume a la perfección el extraordinario pianista y colaborador del IMER, Antonio Bravo: “Maltrato psicológico: Primero te amenazo, te provoco desazón, capto tu atención y la de quienes te rodean, para después, a la usanza de los súper héroes, rescatarte de mí mismo. Cual Síndrome de Estocolmo, me agradecerás con tu apoyo, haberte liberado. Enhorabuena IMER.”

 

Y el remate lo describe a la perfección el periodista y excondutor del noticiero matutino del IMER, Mario Campos: “Ahorcar a una institución y regresarle los recursos por la presión social no es digno de aplauso. Si alguien merece reconocimiento es la gente que construyó una buena radio pública y su audiencia, no los que la querían desmantelar”.

 

Y ante todo esto, el posteo del mismo IMER no tiene desperdicio: “Queremos anunciar que gracias al apoyo de @SEP_mx y @SHCP_mx, así como al apoyo del presidente @lopezobrador_ @JesusRCuevas y @jenarovillamil, ya contamos con suficiencia presupuestaria para seguir prestando el servicio de radiodifusión pública en nuestras emisoras”.

 

La temporada de posteos no va a parar, la nueva dinámica de comunicación de gobierno empieza a permear, y ahora parece que los problemas naturales no bastan, sino que se tienen que generar otros para intentar transmitir que se trabaja y da resultados, y eso siempre es peligroso.

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