Fabiola Lara García
La Ciudad de México se conmocionó completa tras el reporte de desaparecida de la joven Karen Espíndola, realizado por su hermano a través de las redes sociales, ante la alerta que envió vía mensaje de teléfono celular a su madre, de que el conductor de un taxi que tomó en la estación del sistema de transporte colectivo Metro denominada “General Anaya” a quien calificó como «sospechoso y grosero».
Esa fue su última comunicación. La solicitud de ayuda de su hermano se convirtió en viral, gracias a la empatía y solidaridad de mucha gente. En verdad, mucha gente. Según datos del periódico El Universal, más de 26 millones de cuentas sólo en Twitter se movilizaron en torno a la desaparición y denuncia inicial de la familia de Karen con el hashtag #TeBuscamosKaren; lo que logró la llamar la atención de la jefa de gobierno de la capital del país, Claudia Sheinbaum, quien tuiteó que varias dependencias de su gobierno trabajaban para encontrar a Karen con vida.
Quince horas después, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México informó que Karen Espíndola había llegado por sus propios medios a su casa.
El noticiero de Ciro Gómez Leyva tuvo respuestas más rápido que la autoridad: Un video difundido en el noticierio evidenció que Karen Espíndola estuvo en un bar, mientras se reportaba como desaparecida.
Después de esa larga noche en la que su familia y todo México la buscaba, Karen acudió a declarar ante la autoridad. Ahí Karen se dijo arrepentida por todo lo ocasionado a raíz de haber estado incomunicada con su familia tras ese último mensaje enviado, que desató especulaciones siniestras y que orilló a su familia a pedir ayuda para su localización.
Karen aceptó haber estado la tarde y transcurso de la noche del 3 de diciembre en un bar de Coapa, al sur de la CDMX. La Procuraduría capitalina aseguró que la carpeta de investigación será cerrada, al no acreditarse ningún tipo de delito en contra de Karen y pidió no criminalizla, a pesar de los recursos e investigadores desplegados en este caso.
Las redes estallaron en ira total. Millones de personas se sintieron engañadas y así como ayudaron a viralizar el reporte de desaparición de Karen, la están insultando por lo sucedido.
Al final de cuentas, Karen tuvo un final feliz. Complicado, si. Pero Karen está en su casa con su familia. Ojalá así resultaran todos los casos de desaparecidas en nuestro país, que según la ONU son más de 9 mil.