Rafael G. Vargas Pasaye
El actual campeón del futbol mexicano, América, anunció su nuevo refuerzo para este año, el nayarita Cristian Calderón, mejor conocido como “Chiocote”, quien llega a Coapa con un jugoso contrato de tres años.
Dos aspectos llaman la atención con este movimiento. El primero el de la lealtad a la camiseta, pues el volante proviene de las Chivas del Guadalajara, el antagonista del club que ahora lo adquiere, lo que hace décadas era impensable, aunque ya otros jugadores, incluyendo al también nayarita mundialista Ramón Ramírez lo habían realizado, sin embargo el puro debate alimenta algo que tiene relación con la política hoy en día.
Y es que si bien ya se ha dado, no es tan común ese cambio de camiseta o de equipo como sí lo es en algunos participantes de la vida política nacional que cambian varias veces de camiseta, antes de filas tricolores por ejemplo, luego del sol azteca, ahora de Morena, o lo que se les ocurra.
El otro gran tema que conlleva la contratación de Calderón con las Águilas, es las condiciones que le pusieron pues conocen sus antecedentes tanto dentro como fuera de la cancha. Evaluaciones cada seis meses, revisión de minutos jugados y rendimiento, así como de manera permanente se revisará su andar en lo extradeportivo, y es que era sabido sus gustos por la fiesta en la perla tapatía, conviviendo con cantantes y demás.
Interesante si llevamos esto de nuevo al terreno de la política, el pensar en evaluaciones a nuestras autoridades de rendimiento cada cierto tiempo y no sólo en la elección. Si bien ya existe la herramienta de la revocación de mandato para el caso de la presidencia y gubernaturas, para cargos del tipo regidor, diputados o alcaldes se debería pensar en algo más allá de la guerra de encuestas.
Si bien no se trata de cantidad, damos por hecho que asistirán a sesiones o a sus oficinas, esto es la asistencia no debe ser un parámetro, sí ayudaría que no sólo votarán lo de los otros y otras, sino que propusieran cuestiones propias en el caso de legisladores y que también hubiera un número mínimo de visitas o recorridos en colonias que supuestamente representan.
Es un naciente año electoral como lo es 2024 la clase política se transformará en ese elemento atractivo para generar querencias que se trasladen a votos; como “Chicote” que no sólo debe hacer goles y jugar bien, sino comportarse bien fuera de la cancha si desea seguir en las filas del América.
Algo que se ve sencillo de lejos, pero que es cuestión de trabajo diario, perseverancia, constancia, disciplina y una pizca de suerte, al nayarita como a quienes les toquen las candidaturas tendrán la oportunidad, ya estará en él, así como en los elegidos y elegidas, en cumplir con todo lo demás.
@rvargaspasaye
www.consentidocomun.mx
