Carlos Díaz Abrego
El acoso sexual es un fenómeno reconocido en el mundo entero y percibido como un problema de enorme relevancia en cualquier sociedad. Nunca como hoy, escuchamos que constantemente se acosan mujeres y menores de edad: niñas y niños.
¿Qué es el acoso sexual? Cualquier comportamiento verbal o físico, de naturaleza sexual que tenga como propósito producir el efecto de atentar contra la dignidad de una persona, en particular cuando se crea un entorno intimidatorio, degradante u ofensivo. Y el acoso por razón del sexo, desgraciadamente ha estado presente siempre en todos lados.
Desde que tengo uso de razón, sobre todo en el ámbito escolar, me refiero en la secundaria, preparatoria y universidad, siempre el acoso por parte de los maestros a sus compañeras de profesión ha estado presente de forma indirecta o directa. Y por supuesto los maestros a alumnas de nivel preparatoria y universidad.
¿Qué decir en el ámbito laboral? En cualquier trabajo el jefe acosa a la subordinada, el trabajador a la trabajadora y así en toda la “cadena productiva” el acoso sexual ha estado presente siempre, al grado de conocerse relaciones extramaritales que en ocasiones terminaron en nuevas parejas de hecho, en simples aventuras o en desagradables desencuentros y escándalos.
Pero ese acoso sexual en muchas ocasiones ha sido consentido y ahí no pasa nada, el problema es cuando no existe por parte de la víctima ningún tipo de acuerdo o consentimiento y desencadena en auténticas pesadillas para mujeres o menores de edad que sufren en carne propia el efecto de atentar contra su dignidad y de crear por parte del acosador, un entorno intimidatorio, degradante u ofensivo.
En Guanajuato las buenas costumbres y la alta moral, acompañada de la sublime religiosidad que nos ha caracterizado como una sociedad muy católica y conservadora, se ha visto modificada su codificación social a lo largo del tiempo por la llegada de cientos de miles de personas de otras ciudades del país, así como de otros países, por lo que las “buenas costumbres” y la falsa moral ha quedado al descubierto últimamente.
En cualquiera de los escenarios y momentos del pasado o presente, el acoso sexual es una manifestación de las relaciones de poder, una forma de discriminación basada en el género como jerarquía, que guarda relación con los roles atribuidos tradicionalmente en función del sexo de las personas, encontrándose vinculado al poder y a la violencia.
¿Qué significa sujeto activo y sujeto pasivo en un caso de acoso sexual?
Se considera sujeto activo de acoso a jefes/jefas, compañeros/as e incluso clientes/as, proveedores/as o terceras personas relacionadas con la víctima por causa del trabajo. Se refiere siempre como sujeto pasivo de acoso a cualquier persona trabajadora, independientemente del nivel del mismo y de la naturaleza de la relación laboral.
Este desagradable fenómeno social cada día más y más se ventila y sale al exterior de nuestra sociedad, demandando justicia por quien la imparte, pero también justicia social al desenmascarar a esos depredadores que deben ser presentados ante la ley y ser conocidos por la sociedad entera para el escarnio correspondiente.
La Universidad de Guanajuato en su conjunto está viviendo momentos trascendentales limpiando la casa de esas lacras que han lastimado a sus estudiantes, dando a conocer la destitución o cese de tres maestros implicados en acoso sexual contra alumnas. Estos profesores pertenecían al campus en León, quedando pendiente cuatro maestros más que demanda la comunidad universitaria.
No sólo se tiene que hacer valer la ley contra estos rufianes denunciando legalmente sus comportamientos y abriendo carpetas de investigación a cada uno de ellos, sino que también se debería dar a conocer los nombres y las fotografías de estos desgraciados para que el repudio social se encargue de hacer su parte y nunca jamás volver ser contratados en ninguna otra institución educativa pública o privada.
¿No cree usted?
